Lights in progress, diseño en iluminación

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Me dijo una vez Michele De Lucchi, cuando le pregunté sorprendido por sus abruptas piezas de madera, que hay diseños que se hacen “per coltivare il design”. De Lucchi, autor de la Tolomeo, versión definitiva y high-tech de la lámpara de mesa. Los diseñadores de artefactos luminosos, aguijados por las posibilidades de las nuevas fuentes, han decidido en los últimos años abrir sus talleres, dejarnos mirar dentro y compartir su aventura a mitad de camino. Es el caso de estos cuatro productos presentados este año en Milán y otros foros por tres estudios emergentes y una vieja gloria siempre en ebullición.

Lights In Progress

El móvil de Hiroto Yoshizoe es un alarde de máxima reducción: un conjunto de piezas oscilantes de forma cónica o semiesférica parasita una fuente de luz externa, bien artificial, bien natural. Como la luna con el sol, los discos blancos de las piezas se apoderan brevemente de la luz ajena o se funden con la penumbra cuando aquella es absorbida por su reverso negro. Una luminaria sin fuente que propone situaciones dinámicas e inaprensibles: las sombras densas de Tanizaki puestas en escena. Los belgas PaulinePlusLuis deconstruyen la lámpara de pie alojando la fuente en el soporte metálico, sobre el que el difusor, un leve velo textil, ondea suspendido del techo y colorea la luz.

Lights In Progress. Iluminación

Los emergentes españoles de Mayice Studio se apoyan en sus investigaciones sobre el vidrio soplado con una escultura modular a través de la que una fuente led –especialmente desarrollada por ellos– produce un filamento. Esta procesión de fotones se modula en respuesta a la forma del conducto de vidrio: la luz como espectro visible de la forma artesanal del tubo.

Lights In Progress. Iluminación

Frente a estas especulaciones que trabajan en los límites de lo material, el viejo Ingo Maurer aterriza donde siempre como si lo hiciera por primera vez. “Si trabajas necesitas herramientas; si trabajas con las manos, necesitas guantes”. La vista de los suyos teñidos de azul durante el trabajo en una instalación produjo la serie Luzy, en la que bombillas opales colonizan los dedos de guantes de trabajo pintados en puro ready-made. Los demás esconden la fuente mientras Ingo sigue haciendo de ella icono warholiano, pero todos muestran el huerto privado donde se cultiva con mimo la luz que nos deja ver el mundo alrededor.

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