Por Laura Franco
Cildo Meireles es un artista conceptual nacido en Río de Janeiro en 1948, del que el Museo Reina Sofía presenta algunos de sus trabajos en el Palacio de Velázquez hasta finales de septiembre. Meireles se sitúa entre los creadores contemporáneos más reconocidos. Con un currículum amplio, en 2008 obtuvo el Premio Velázquez de Artes Plásticas y ha participado en numerosas e importantes muestras internacionales como la Documenta de Kassel, La Bienal de Venecia o la de São Paulo.
Las obras de Meireles tienen la cualidad de aunar resoluciones estéticas impecables a la vez que se tratan cuestiones poéticas y sociales específicas de Brasil. Para ello, este autor brasileño juega con la percepción humana, los procesos de comunicación, la condición de “espectador” o la relación entre arte y mercado. Sin olvidar otro de sus puntos fuertes: su capacidad para sumergir al visitante en una “experiencia sensorial completa”, o lo que es lo mismo, para convertirlo en parte activa de muchas de sus piezas. Algo que contribuyó a una redefinición del arte conceptual desde finales de los años 60.
La exposición que acoge el Palacio de Velázquez de Madrid cuenta con más de cien trabajos entre instalaciones, dibujos, esculturas y piezas sonoras, además de reproducciones de algunas de sus creaciones más carismáticas como Amerikkka (1991-2013). En ella el podemos pasear sin calzado sobre una base construida a partir de 20.000 huevos de madera mientras que sobre nuestras cabezas permanecen suspendidas 50.000 balas doradas incrustadas en el techo.
Dentro de todas estas experimentaciones perceptivas, el público disfruta de estímulos visuales, auditivos o gustativos combinados con sensaciones térmicas, como ocurre en Entrevendo (1970-1994), donde el visitante percibe el calor que desprende un tubo colocado en la sala mientras degusta helados dulces o salados. En esta investigación en torno a las posibilidades de lo sensorial, Meireles consigue interactuar también con el olfato del espectador. Algo que ocurre en Olvido, instalación confeccionada, entre otros materiales, con tres toneladas de tibias de buey. La visión de esta obra hipercrítica es impactante, su olor puede llegar a noquear.
La producción de Cildo Meireles conecta con el land art y el arte conceptual, al mismo tiempo que mantiene un compromiso absoluto con la realidad social y política de Brasil marcada por la dictadura militar acontecida entre 1964 y 1985. Naturaleza conceptual y formal van siempre unidas a una personal crítica poética e ideológica del mundo en busca de la libertad. “Es un compromiso –decía en una entrevista con motivo de la exposición- el mantener ese territorio de libertad de discusión, y da igual los materiales o los procedimientos con los que se haga. ¿Qué buscamos todos?, la verdad. Esa cosa que está un poco lejos siempre, pero en esa dirección hay que caminar”.
Visita la web de la exposición de Cildo Meireles
