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La escala es un concepto fundamental en el diseño, tanto para arquitectos como para diseñadores de botones. Y normalmente,  quien se sale de sus “parámetros normales”, no consigue un buen producto. Estamos acostumbrados a movernos en unos tamaños determinados, y  no es nada fácil intentar crear  en   otra escala.  Podríamos pensar que al arquitecto le resulta más sencillo  trazar  un botón, que  al  profesional de los botones dibujar un edificio; pero, aunque el ejemplo es extremo, en la mayoría de los casos no es del todo cierto. Muchos arquitectos, más o menos conocidos, se han aventurado al universo del mobiliario, y aunque hay resultados buenísimos, también los hay nefastos. Por no hablar de la polémica acerca del intrusismo.

Pueden surgir problemas en todas las escalas. Las espectaculares dimensiones de un hall de un hotel pueden verse impecables en una revista y, sin embargo, hacer que el visitante tenga en él sensación de soledad, incluso de deshumanización. O al revés, un restaurante muy acogedor, con unos muebles de un diseño que a primera vista puede parecer muy bien acabado, y que a la hora de sentarnos a comer resulta incómodo:  la mesa es muy alta, los asientos demasiado profundos y la luz inapropiada.

No obstante hay personas que son igual de buenas en cualquier proporción, y uno de esos “afortunados” es Thomas Heatherwick. Parece que no solo comprende perfectamente la importancia de este concepto, sino que hace de él el tema central de sus proyectos. Me explico: él mismo los cataloga por tamaños (por ejemplo, en su página web): “large”, “medium” y “small”, muchos de los cuales se mostraron hasta el 30 de septiembre en el londinense Victoria and Albert Museum.

En mi opinión, el éxito de Heatherwick radica en que juega con la escala dentro de la escala, y esto lo lleva a cabo modulando geométricamente sus trabajos. En los programas medianos, como el Guy´s Hospital o Autumn Intrusion, transforma las fachadas a base de pieles que las van colonizando y transformando con un aspecto muy dinámico,  a pesar de estar articuladas geométricamente. En los proyectos más grandes, al saltar a otro nivel, Heathewick pasa de jugar con elementos superficiales como las citadas pieles, a emplear  directamente componentes  estructurales. No obstante, también los modula. El Sheung Wan Hotel es un ejemplo perfecto de la escala dentro de la escala: una fachada completa constituida por  pequeños cubos. Incluso en el East Beach Café, la piel autoportante es un juego de módulos a los que Heatherwick  cambia el tamaño.

En resumen, para  Heatherwick la escala es la clave principal de sus investigaciones formales, consiguiendo que se adapten a sus necesidades y usos naturalmente.
Enlace: Thomas Heatherwick

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