El Museo de Arte Moderno de Rio de Janeiro inauguró una gran exposición para celebrar sus 35 años la trayectoria de Humberto y Fernando Campana.
El pasado 14 de marzo se inauguró en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro (MAM Río) una retrospectiva dedicada a los diseñadores brasileños Humberto y Fernando Campana. A lo largo de más de tres décadas, estos diseñadores han dado vida a sillas, sofás, espacios e instalaciones no convencionales con los que han creado un universo distópico y conceptual que une folklore, evocación de la naturaleza y barroquismo, sin dejar de lado la ecología y la preocupación por el medio ambiente.
Esta gran exposición -que no sólo celebra la longevidad del dúo, sino también la importancia que el MAM Río otorga al diseño- ha tenido que suspenderse momentáneamente por el confinamiento preventivo frente a la crisis sanitaria mundial. Cuando reabra sus puertas, podremos tener la experiencia de acercarnos a su grandiosa producción en la que se combinan la artesanía más elemental con las tecnologías más elaboradas. Una trayectoria en la que destaca la excelencia del “hecho a mano brasileño” con todo tipo de materiales: telas, fibras, lianas, maderas, trozos de plástico, muñecos de peluche, cintas, cuerdas, cartón, alambres… Componentes reciclados o deconstruidos para otorgar una nueva lógica a los objetos. Renovar, reinventar, sorprender o morir, parece la consigna.
“En este tiempo hemos sobrevivido a todas las crisis, pero seguimos juntos. Y estamos más fuertes”, señaló Humberto Campana, durante el montaje de la muestra. “Nosotros somos contadores de historias y los objetos son registros de todas las experiencias que nos afectan”. Porque los Campana se ufanan de crear más con el estómago que con el intelecto, de dar vida a un amplio registro de tipologías haciendo y deshaciendo, superponiendo ideas y pruebas sobre la marcha, todo fruto del azar, sin que haya necesariamente bocetos o dibujos previos.
Comisariada por la italiana Francesca Alfano Miglietti y con el patrocinio principal de la firma Natura, Hermanos Campana – 35 Revoluciones reúne sus piezas más emblemáticas, proyectos inéditos e instalaciones ideadas específicamente para las salas del museo: 1.800 m2 en un recorrido planteado como una provocadora inmersión por las desafiantes propuestas que dialogan lúdica y emocionalmente con el público.
El diseño expositivo ha sido realizado en colaboración con la Escuela de Arte y Tecnología Spectaculu y da ritmo a este inmenso espacio con la distribución de cien columnas imponentes forradas con paja de piasava: un extraño bosque que nos va guiando por los núcleos poéticos de la muestra. Al entrar, los visitantes se encuentran con una gigantesca pared de 1.600 ladrillos huecos de terracota con el dibujo de una mano abierta que se repite, como si fuera un saludo o una advertencia. Y esta estructura -que se asemeja a las paredes de ladrillo de aire típicas de la arquitectura vernácula del noreste de Brasil- señala uno de los aspectos centrales del trabajo del dúo: su capacidad para incorporar y reinventar elementos que son clásicos en la cultura del país.
Entre las piezas incluidas se pueden ver la icónica silla Vermelha (1998), la silla Favela (2003) u obras más recientes como la serie Hibridismo, la silla Sade o algunas investigaciones colectivas como los Retratos Iluminados desarrollados a través del Instituto Campana: la institución fundada en 2009 por los hermanos para rescatar técnicas artesanales y promover la inclusión a través de programas sociales y educativos.
“La teatralidad es fundamental en nuestro trabajo”, enfatiza Fernando, y toda la escenografía del conjunto expositivo lo ratifica y refuerza. Contundentes, coloridas y libres, sus creaciones transmiten, en complejas tramas, sus luces y sus sombras; y por supuesto, la fuerza y la riqueza de la cultura y la naturaleza brasileña, caótica, intensa, pero bella.