La torre de agua del centro de Utrecht ha pasado de monumento nacional desatendido a un bloque de apartamentos que abraza la circularidad de su planta. Una operación de rescate que lleva el sello del estudio holandés Zecc Architecten.
Los nuevos usos de una torre de agua
Lo primero que se nos viene a la mente cuando pensamos en un edificio es una mole rectangular llena de ángulos. Como si las esquinas se autoproclamasen un emblema de la modernidad, patronas del pragmatismo arquitectónico. A partir de la salida del hombre de la caverna, este ha intentado recrear en sus viviendas los estándares cóncavos de sus paredes. Desde pueblos nómadas mongoles en sus yurtas, a las malocas amazónicas precolombinas, pasando por los obus en barro de la tribu africana Musgum. Pero en las ciudades difícilmente hallaremos construcciones de estructura redonda destinadas a la modalidad doméstica; como si, después de haber sido educados en lo rectilíneo, se nos hiciese imposible desenvolvernos en ambientes sin perfilar. Aunque, ¿acaso no sería un lujo poder experimentar la vida desde las Torres Blancas de Sáenz de Oíza?
Los integrantes de Zecc Architecten —curtidos en la materia de demostrar que la circularidad puede ser provechosa— han convertido una torre de agua del siglo XIX en un bloque de apartamentos muy peculiares. Situado en Amsteramsestraatweg (Utrecht), este monumento nacional caía en la desgracia del tiempo hasta que en 2012 comenzaron las obras que lo han transformado en lo que vemos hoy: una casa de 400 m2 en el antiguo depósito, tres apartamentos idénticos en los pisos inferiores y un local comercial. En otras palabras, un conjunto residencial que muestra cómo la revitalización de la arquitectura preexistente puede ser una opción sostenible y viable para usos contemporáneos.
La historia de un edificio. El desafío de Zecc Architecten
En este contexto, la hazaña del equipo holandés ha residido en la capacidad de respetar la memoria de la torre a la hora de escribir un nuevo relato en su interior. Es así como en los tres apartamentos tipo estudio se han mantenido los ladrillos de los muros y las vigas de madera y hormigón. Abiertos al exterior por una serie de balcones —con marco de acero Corten—, este hecho rompe con la robustez continuada de la piedra para facilitar la entrada de luz en lugares donde antes era impensable recibirla. Asimismo, la altura entre las distintas capas es lo que ha facilitado una disposición de hogares-mezzanine, destacando también la inclusión de un ascensor por el que adentrarse a cada uno de ellos.
En el caso de la residencia que comprende toda la parte de arriba, los 400 m2 rinden un homenaje al desgaste del acero del depósito, el cual queda expuesto desde la entrada a través de la chapa curva del tanque atravesando el techo. Los muros permanecen recubiertos por el óxido, generando una dualidad escenográfica entre la modernidad del mobiliario en madera de nogal y el tempus fugit del metal deslustrado, que se completa con la solería de hormigón. En ese ascenso —como si nos encontrásemos dentro de un caleidoscopio—, las escaleras nos conducen por los diferentes pisos, que se van abriendo en función de las actividades que se desarrollan: de ocio y reuniones en el quinto, el sexto se divide en cuarto de invitados, zona de relajación y almacenamiento, el séptimo acoge el dormitorio principal con baño y vestidor, el octavo la cocina y el noveno la gran sala de estar.
Zecc Architecten ha sabido jugar con la sorpresa, por eso conforme se va avanzando el paisaje va invadiéndose de nuevos matices, como sucede con la presencia de la iluminación natural. Este hecho encuentra su punto álgido en la séptima planta, donde se ha horadado la fachada para otorgar unas vistas panorámicas de Utrecht. No obstante, es en el último estadio de la torre donde se puede sentir la esencia de la arquitectura industrial, el corazón más puro de su armazón ferroso: una isla redonda y en elevación —que ejerce de salón—, protegida por una cubierta circular con pequeñas ventanitas que nos muestran la vida exterior a 360º. Una proeza que confirma cómo los espacios intersticiales pueden resultar las estancias centrales de la casa, porque para Zecc Architecten nada sobra, ni siquiera la entreplanta.
En este enlace puedes ver como otra torre de agua se ha convertido en un mirador realizado por Wutopia Lab.