Durante los primeros meses de la pandemia por coronavirus, gran parte de la población experimentó sensaciones muy diversas en cortos periodos de tiempo. La ansiedad, la confusión o el amor formaron parte de la montaña rusa de emociones de la que se valió la firma holandesa de moda Viktor & Rolf para desarrollar su colección alta costura otoño-invierno 2020.
Marcas que acompañaron el cambio
El siglo XXI supuso un punto y aparte en el mundo de la moda. Los moldes masculino y femenino estaban más que estudiados, y se habían realizado tantas propuestas y versiones, que sugerir un proyecto en este panorama era dar vueltas a lo que ya comenzaba a repetirse. Fue por eso que en los 2000 se inició una época de experimentación que empezó a desdibujar la línea entre géneros, y el arte y la moda se acercaron como nunca antes lo habían hecho. Un escenario más rebelde, valiente y libre estaba por venir.
Fue así como la marca Viktor & Rolf formó parte de esta nueva y fresca ola. Los diseñadores se supieron adaptar al cambio, demostraron que había que reconsiderar los esquemas impuestos y empezaron a crear con nuevos planteamientos. Por ello, son sin duda una de las referencias esenciales para comprender la estética del siglo XXI.
Change
No es de extrañar que, después de 25 años de trayectoria, Viktor & Rolf siga sorprendiendo. La pareja de artistas especializada en alta costura mantiene vivos los parámetros de innovación, impacto e inteligencia en sus trabajos, y alimenta a un público deseoso de satisfacer estas necesidades, aún más acentuadas en época de coronavirus.
La colección Change plasma en tres grupos tres estados mentales: la ansiedad, la confusión y el amor. Durante la crisis sanitaria, un alto número de personas ha padecido el contraste entre ellos, que ha sido el punto de partida de la firma para llevar a la realidad todo lo relacionado con la salud mental en los últimos meses.
Cada conjunto está compuesto por un camisón, una bata y un abrigo. El primer grupo ―que descubre unos outfits que representan la tristeza y el enfado― se defiende en tonos oscuros y con formas de todo tipo. Por un lado, decenas de conos escapan de un vestido de lo más voluminoso y, por otro, un patchwork de nubes se incluye en un modelo azul de lo más tímido.
El segundo representa los sentimientos encontrados. Nacen looks inconexos en una gama cálida donde están presentes gran cantidad de materiales y guiños a las redes sociales ―en este caso, a través de un camisón estampado de emojis―. Por último, una tercera serie, también con pinceladas escultóricas, pero esta vez mucho más romántica y delicada: el blanco que invade las tres piezas está interceptado por corazones de todas formas y tamaños.
¿Alguien más?
El año pasado, los holandeses ya apostaron por comunicar una idea que nacía de la propia sociedad. Presentaron unos vestidos donde los mensajes cínicos de las redes eran los protagonistas. Lo hicieron, por supuesto, con ese carácter ostentoso y de art design que les caracteriza.
El diseñador de moda y director de arte asturiano Ricardo Villoria guarda en su marcaPetra Von Kantciertas similitudes con Viktor & Rolf, sobre todo en las confecciones del primer grupo mencionado. Ágatha Ruiz de la Prada podría considerarse también otra creadora con la misma pasión por lo llamativo, el volumen y la pomposidad.
Proyectos en pandemia
La nueva normalidad deja ante nosotros propuestas donde el debate se sirve desde el momento en que los medios hacen eco de los mismos. Entonces, ¿se ha valido Viktor & Rolf de la circunstancia para atraer nuevas miradas a su colección y a su marca? O, por el contrario, teniendo en cuenta el ambiente de soledad y aridez que ha traído consigo la pandemia, ¿es un gesto a valorar positivamente?
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