Vega Landskab es un estudio danés especializado en el diseño del espacio público. Su trabajo se acerca al urbanismo desde el paisaje, entendiendo la urbe como una gran escenografía. Repasamos la trayectoria del equipo con una selección de proyectos que nos ilustran esa visión más que necesaria en la práctica de nuestras ciudades.
Vega Landskab y la ciudad de la performance
Anne Dorthe Vestergaard y Anne Galmar son las cabezas visibles de un equipo que comenzó su andadura a finales de la primera década de este siglo. Han centrado su labor dentro de Dinamarca con más de 80 intervenciones repartidas por el país, aunque también han experimentado fuera de sus fronteras con algunos proyectos en Centroeuropa, Rusia o China.
Herederas de la cultura nórdica afín a la vida en comunidad, plantean diseños urbanos más cercanos al parque que al jardín, al juego que a la avenida. Espacios que no entienden la calle como lugar de contemplación o de paso, sino como un enclave activo capaz de acoger la performance variada del día a día. Repasamos la trayectoria del estudio con una selección de trabajos que nos ilustren esta visión que se antoja más que necesaria en la práctica de nuestras ciudades.
En busca de la belleza del paisajismo urbano
Reivindicar la poética en el trazado urbano puede ser un acto de rebeldía. La infraestructura civil acapara un abanico muy amplio de soluciones que no dejan sitio a otro tipo de planteamientos. ¿Estamos condenados a renunciar a la belleza en nuestras urbes para arreglar problemas puramente funcionales?
La playa de Hvidovre necesitaba una armazón para contener la erosión que las mareas producían sobre la vegetación que crecía junto a la orilla. Vega Landskab se ocupó —junto a la artista Karin Lorentzen— de concebir un borde de hormigón prefabricado inspirado en la línea suave que deja la crecida del agua sobre la arena. El resultado nos ofrece una pieza completamente amoldada al contexto de la playa a partir de elementos industrializados. Esta frena la erosión y contiene las inundaciones en crecidas puntuales, además de servir de asiento o de escalón para marcar el límite de la playa sin renunciar, en ningún momento, a la esencia del paraje marítimo.
En un ámbito completamente opuesto —de titularidad privada—, hallamos otro manifiesto estético con el que Vega Landskab busca demostrar que hay posibilidad para soluciones consensuadas, eficaces y elegantes. Nørrebro es una propuesta emplazada en una comunidad cooperativista de viviendas. Con la intervención se pretendía transformar un patio trasero para las necesidades de un conjunto de población grande y diverso. Para ello, el estudio danés plasmó una trama de óvalos redondeados que recuerdan a la colonia de Naerum que su compatriota, Carl Theodor Sørensen, construyó a finales de los años 40. En ambos casos, el dibujo genera una serie de huecos intersticiales que se emplean para alcanzar los sectores de actividad o para recorrer el nuevo jardín. Los trayectos señalados y el contorno sinuoso convierten el lugar en algo atractivo y útil, que opera simplemente por la calidad visual que aporta al entorno.
Vega Landskab logra colocar esa poética rebelde en el centro de su discurso en proyectos que se utilizan para resolver un problema metropolitano o incluso medioambiental. La belleza se maneja con habilidad, como una herramienta pulida que se aleja distinguidamente de lo frívolo. Este detalle se combina —en el porfolio de Vestergaard y de Galmar— con otra cualidad fundamental: la capacidad que brindan los juegos para modificar un espacio
Playground: el urbanismo para niños
El playground es un sitio que tiene una repercusión directa en la organización política de una colectividad. De su configuración y uso dependen las relaciones sociales de las generaciones futuras; y su localización, tipología o accesibilidad son factores que afectan a la vida de los adultos a cargo de estos niños. Los playgrounds vinculan una acción con un enclave concreto y fomentan que sucedan más cosas alrededor.
La experiencia de Vega Landskab con las zonas recreativas les facilita experimentar con el ambiente de reunión por excelencia donde los usuarios acuden sin prejuicios: la primera plaza en la vida de una persona. En la guardería de Vongsbøl, el equipo de arquitectos y de paisajistas obraron mano a mano para erigir un área de juego que se viese inmersa en el parque que rodea la parcela. El programa educativo se organiza en una superficie lo suficientemente compacta como para permitir un ratio elevado: 10 m2 de patio por alumno. Las aulas miran hacia dentro a través de unos grandes ventanales y disponen una pastilla que oculta la calle para que los árboles ganen presencia.
Llama la atención la organización de los útiles de juego, que establecen una composición diferenciadora entre estos sin segregar a los usuarios. Las secciones se clasifican por edades y por niveles de intensidad, apostando por desarrollar esparcimiento en grupo. De esta manera, se consigue que sean los propios niños los que elijan qué quieren hacer y dónde se sienten más cómodos sin dictar normas o turnos para usar el patio. Todo el esfuerzo de diseño se focaliza en convertir en protagonistas las estructuras de juego para que la relación que se origina entre ellas pueda tomar el control del espacio.
El caso de Wonder Wood (Skørping, Dinamarca) es algo distinto en los objetivos, aunque comparte el mismo enfoque en la metodología. Se trata de la ampliación de un patio de un colegio hacia el interior de un bosque aledaño, con la finalidad de fomentar el deporte entre la población más joven. La propuesta intenta romper el límite del bosque y construir un área de juegos que atraiga la vegetación hacia la escuela, de modo que la naturaleza sea activa de la vida escolar.
Vega Landskab se encarga de planificar una estrategia a tres niveles, y el primero es esbozar una pasarela con una variedad amplísima de utilidades y de tipologías. En un mismo volumen introducen, a lo largo de un recorrido, lugares de escalada, de salto, redes, observatorios de aves, una cabaña entre los árboles o columpios. Por otro lado, logran que el trazado circule en torno a una consecución de zonas deportivas descompuestas, olvidando los límites normativos de una cancha para favorecer una mayor variedad de interacciones. Y, por último, se ocupan de reforestar los sectores que se dañen durante la intervención, además de prolongar los ya existentes más allá del borde actual para que el bosque termine por insertarse en el nuevo patio.
El análisis de estos proyectos nos muestra dos planteamientos —el de la guardería de Vongsbøl y el del colegio de Skørping— con una visión común a la hora de entender la influencia de cada uno de los elementos sobre el espacio. El valor de un conjunto que huye de diseños predefinidos y que ensalza el poder transformador del esparcimiento, de la performance o del paisaje.
El imaginario de Vega Landskab
La belleza y el juego son cualidades que en un entorno urbano ayudan a multiplicar la cantidad de respuestas por parte de los usuarios y, con ello, la adecuación a las posibles diferencias sociales. Es así como, para que la ciudad pueda ser habitable, la plaza debe ser el escenario de todos.
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Es un estudio danés dirigido por Anne Dorthe Vestergaard y Anne Galmar especializado en el diseño de espacios públicos.
El estudio ha centrado su labor principalmente en Dinamarca y algunos de sus proyectos son el patio de la guardería de Vongsbøl, la rehabilitación de la playa de Hvidovre o la ampliación de la zona de juegos de un colegio de la población de Skørping