“Simplificar materiales complicados” y “regresar al origen”. Esos son los dos conceptos con los que sintetiza su filosofía de trabajo el estudio Lacime Architects, con sede en Pekín y creado en 2001 por Zhaoqing Song.
Lacime Architects se distingue por su capacidad para condensar las tradiciones arquitectónicas chinas y occidentales e insuflar una nueva vitalidad en los elementos del pasado. Obras como Deqing Living House, el parque Vanke Emerald, el Centro de Ocio Suzhou y su trabajo de preservación de residencias históricas de estilo Shikumen en Shanghái, dan perfecta cuenta de cómo la arquitectura tradicional china encuentra una forma contemporánea de expresión.
Simultáneamente, proyectos como Swan Harbor Park, sus galerías de arte en Shuzhou o el Centro Cultural en Wenzhou son reflejo de su sólida comprensión del lenguaje arquitectónico moderno y de su hábil manejo de este y de las posibilidades constructivas y expresivas que brindan las tecnologías digitales.
Insuflar una nueva vitalidad a los elementos del pasado
The Wave, la galería de arte construida por Lacime Architects en la costa de la ciudad china de Tianjin, sugiere ecos del Museo de Arte Contemporáneo de Nitéroi de Oscar Niemeyer, la fluidez paramétrica de la última arquitectura de Zaha Hadid y del Guggenheim Bilbao de Frank Gehry. Posibles referencias que Lacime Architectsintegra para crear un edificio dotado de personalidad propia, donde el diálogo armónico con el entorno marino y el paisaje construido queda explicado a través de la imagen poética de una ola rompiendo en la orilla.
El edificio, con una superficie de 3563 m2, está destinado a funcionar como enclave de la actividad cultural del distrito de Binhai New Area. Su forma surge de la planta en forma de Y griega del segundo nivel del edificio, elevado sobre un podio rodeado de agua, en la que se refleja su imagen.
El paisaje construido queda explicado a través de la imagen poética de una ola rompiendo en la orilla
13 000 láminas de aluminio revisten la fachada y replican las diferentes tonalidades de la luz diurna y las ondas que se trazan en la superficie acuática. Estos efectos se intensifican mediante juegos de luz proyectada desde el fondo del agua y potencian la metáfora del edificio como ola. La experiencia del visitante ha sido concebida con cuidadosa atención, procurando enfatizar las cualidades visuales y táctiles. Hay que incidir en los elementos del vestíbulo: una gran claraboya, cortinas de agua, detalles en acero inoxidable y esculturas que aluden a las diferentes materialidades del líquido elemento… Todos ellos crean un ambiente fascinante y singular, que en la parte superior del edificio busca vincular intensamente los sentidos del visitante con la vista del mar y los sonidos naturales del exterior.
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