La galería de arte del Hotel 7 Islas de Madrid ha acogido la última exposición del pintor madrileño Andrés Torres Rivas. Y todavía no he hecho el último azul sumerge al visitante en un océano de diferentes tonalidades azules, poblado por personajes grotescos dignos del esperpento de Valle-Inclán.
El surrealismo redentor de Andrés Torres Rivas
El azul tiene siempre un desarrollo de pureza en quien lo mira; como si todos los sueños en la memoria apareciesen con ese filtro, con esa pátina imposible que tan cerca está de aquello que aspiramos. No se puede hablar de una etapa —como Picasso— o de un instante donde apenas se aprecia —como sucede en los atardeceres—, sino de alcanzar un azul último: eso es lo que busca incansablemente Andrés Torres Rivas en su última exposición, en la galería de arte del hotel 7 Islas de Madrid.
Lo que aquí importa no son los nombres y cualidades de sus tonalidades: el eléctrico lapislázuli, el balsámico añil, el índigo pasajero o el esperanzador glaucosino; más bien son los rostros y su plástica, la experimentación de lo que imaginamos cuando somos incapaces de descifrar el asombro. Torres Rivas nos propone retratos esperpénticos que formulan en su conversación con el visitante un malestar creativo —o una creatividad molesta— porque, de alguna forma, somos conscientes de que delante de nuestros ojos se nos muestra aquello que entendemos por alma.
Un universo peculiar en el Hotel 7 Islas de Madrid
Comisariada por Celia Montoya —cofundadora del estudio Kikekeller—, desde la exhibición suscriben que se trata de una no serie con personajes que conversan un no contarse filosófico, donde el azul es imagen y metáfora del perdón y la promesa, posiblemente del otro, porque “las emociones son del que las ve”. Y así, Torres Rivas pasa por esa mirada cerúlea las historias de sus abstracciones, mujeres y hombres en quienes se perciben —¿acaso en su subconsciente?— las horas del autor aprendiendo de artistas como Ángeles Santos y su Tertulia, María Blanchard, Zhang Xiaogang o Marlene Dumas.
Torres Rivas, traspapelando la Commedia dell’Arte con el fauvismo y la caricatura —sin que haya un uso peyorativo en este término, sino hiperbólico—, llena de seres plásticos los lugares cotidianos. “Monstruos emancipados nada más nacer”, expresa el pintor, desubicando sus creaciones de una realidad que solo se entiende con un reverso. “Mis personajes no preexisten, nacen. Soy como una matrona de monstruos”, puntualiza sobre esa nube azul que, intuitiva e inspiradoramente, le llega durante el proceso creativo.
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Nacido en Madrid en 1991, Andrés Torres Rivas estudió Bellas Artes en la Universidad Complutense antes de completar sus estudios en Chicago y Lucerna. Ha expuesto en su ciudad natal en varias ocasiones, así como en Barcelona o Málaga. Ha trabajado en el teatro y el cine —como asistente de dibujo en ‘Cerdita’ o ‘Las niñas’— y ha recibido varios reconocimientos como el Premio a la mejor exposición de un artista emergente por la Asociación de Galerías de Arte de Cataluña en 2024.