El estudio de arquitectura danés BIG, en colaboración con el equipo de paisajistas Topotek1 y el artista Superflex, ha creado en Copenhague Superkilen Park, un proyecto que consigue integrar la gran diversidad cultural del barrio de Norrebro con un discurso contundente y efectivo. El objetivo era acercar esas culturas a todo el mundo, y para ello se han alejado de la idea de los jardines del XIX, que mostraban el exotismo de lo desconocido. El parque sigue las ideas de Bjarke Ingels, líder de BIG, siempre dispuesto a hacer una reflexión optimista en cada uno de sus proyectos. Ingels trabaja entre lo utópico y lo pragmático, y ha demostrado que este equilibrio puede ser llevado a cabo con éxito en obras como el pabellón de Dinamarca en la Expo de Shangai o la Maritime Youth House, donde lo público adquiere más relevancia que lo privado.
El sistema para conseguir que esta idea funcione en un parque es sencillo: el espacio se divide en tres zonas diferenciadas por colores y se usa mobiliario urbano de 60 países diferentes. Rojo, negro y verde funciona como alfombras sobre las que crecen piezas tan dispares como una fuente marroquí, buzones ingleses o mesas de ping pong traídas de España.
El rojo se convierte en el área recreativa con su tapiz de tonos rosados, que coloniza las paredes de los edificios colindantes. Podemos encontrar lugares de juegos con elementos para hacer ejercicio, un ring de boxeo de Tailandia o una estructura para escalar de la India. Y se han plantado árboles de hoja rojiza para que se mimeticen con el entorno.
El negro aparece surcado por líneas ondulantes en color blanco, y se convierte en un salón al aire libre donde los vecinos se relacionan. Aquí las especies arbóreas son de un verde intenso y el mobiliario refleja el carácter de confraternización: mesas para jugar al ajedrez, bancos que rodean los árboles y un pulpo- tobogán, llegado de Japón, que recuerda a las actuaciones de Isamu Noguchi.
El verde responde a una demanda de los vecinos, que querían tener una parte con más vegetación, por lo que domina tanto en las onduladas colinas como en el mobiliario. En este color se combinan zonas donde poder descansar y hacer un picnic, con pistas de hockey y baloncesto vigiladas por la atenta mirada del toro de Osborne, felizmente instalado en una de las colinas, a petición de uno de los vecinos y amablemente cedido por la empresa española
El diseño dinámico y colorido del Superkilen Park atrapa al visitante, que consigue sin mucho esfuerzo hacer suyo un espacio pensado para ser vivido, como una prolongación de las viviendas que lo circundan. Esta obra sigue el mismo proceso proyectual que su edificio 8 House, donde BIG muestra su interés por las áreas comunes diseñándolas para que sean utilizadas, no como meros lugares de contemplación.
Con este parque de gran calidad plástica y estructural, capaz de integrar tantas culturas en la siempre original Dinamarca, Bjarke Ingels ha logrado que creamos en la arquitectura. Es un diseño exportable que demuestra cómo las buenas ideas mejoran la ciudad. Sin duda BIG va a convertirse en uno de los estudios a seguir en los próximos años. Para quien quiera investigar más sobre esta oficina danesa, nada mejor que leer su libro-comic Yes is more, publicado hace un par de año pasado por Taschen y donde se resume la filosofía ético-pragmática de Ingels y su equipo.
Enlaces: Bjarke Ingels Group – Superflex – Topotek1