Piezas disparatadas, sillas asimétricas de trazo redondeado y tres tonos distintos de verde; otras de bronce y formas similares con una enorme lámpara a juego… Y todo ello en un display completamente recubierto de tela de peluche. Así de colorido se presentaba el trabajo del artista ecléctico Misha Kahn en la galería de Friedman Benda de Nueva York. Una exposición entre el diseño y la escultura inaugurada a finales de febrero, que el confinamiento por coronavirus clausuró antes de la fecha prevista.
En Soft Bodies, Hard Spaces -así se ha llamado la muestra y el libro recién editado que recoge la trayectoria de Kahn- se podían ver objetos duros, blandos, de muchos colores o de uno solo, pero todos con algo en común: curvas por doquier y una amplia mezcla de materiales y acabados: bronce, cristal, aluminio e incluso pasta de papel. El autor es un declarado enemigo del ángulo recto y gran apasionado de lo gestual. Por eso emplea a veces procesos difíciles de controlar, y esa es una de sus motivaciones. “Si ya sé cómo va a ser el resultado, ¿por qué voy a hacerlo?”, nos dice desde su estudio.
Storage for Light, Emotions and Transient Thought es una suerte de armario, estantería y escultura de aluminio moldeado a través de dibujos abstractos hechos en la arena, y estéticamente muy cercano al Elemental Cabinet de Kostas Lambridis. Esta manera de hacer es muy de la escuela de Max Lamb, creador procesual por antonomasia junto con Anton Alvarez y el noruego Sigve Knutson, cuyos trabajos son concebidos a través de dibujos naif.
Pig of Sea Sofa es un sofá bulboso de colores llamativos que parece sacado del videojuego Spore. Ammonoid Alpha y Omega -un par de sillas de rasgos orgánicos tapizadas en cashmere– han sido diseñadas a través de un programa de realidad virtual, que permitió a Misha trazar formas en el aire y obtener estos resultados tan inesperados. Aquí podemos ver el mismo patrón: un esbozo gestual, solo que en lugar de estar hecho en arena, lo está en el aire, en un espacio virtual. Algo en línea con la colección Sketch de las suecas Front, desarrollada con recursos digitales y trazos aéreos, y también para Friedman Bedman.
La lámpara de techo All the Things I Forgot chandelier, su hermana pequeña, The Tiny Thing I Forgot, y la Reception Desk for the Unknown tienen una fuerte extrañeza formal. Construidas en bronce, podrían estar en el salón de tu casa o en el despacho de cualquier personaje alienígena de la película Jupiter Ascension. Pese a la intensidad de los nombres y el aire deforme y naif de los objetos, sus acabados profesionales y la gratificación estética hacen que uno pueda ver algo emocionante en Misha Kahn sin tener la sensación de que le están tomando el pelo.