Ryan Gander en el Museo Helga de Alvear: ni firma ni estilo, solo preguntas

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Gruñidos, silbidos, gemidos, ladridos y gritos agrupa más de dos décadas de trabajo de Ryan Gander, y se presenta en el Museo Helga de Alvear hasta el 25 de abril. Un total de sesenta obras que convierten esta exhibición en la primera retrospectiva del artista en una institución europea.

La primera retrospectiva de Ryan Gander

Hacer preguntas. Contar historias. Entrenar la imaginación. A lo largo de más de dos décadas, el artista británico Ryan Gander (Chester, 1976) ha desarrollado en sus exposiciones diferentes ejercicios, guiños, gestos y propuestas con los que salirse de la idea del estilo y firma, para proponer nuevas cuestiones en un mundo de respuestas automáticas y mensajes unívocos. Y su retrospectiva Gruñidos, silbidos, gemidos, ladridos y gritos en el Museo de Helga de Alvear lo demuestra. En un contexto como el del arte británico de los años noventa —sacudido por los productos que nacían de la mercadotecnia Saatchi y de los Young British Artists, los trabajos de Ryan Gander pusieron patas arriba el concepto de la creación como Sensation: un nuevo giro que apostaba por la disciplina como espacio para contar historias y hacer nuevas preguntas.

Museo Helga de Alvear, Ryan Gander
Ryan Gander. Museo Helga de Alvear

Comisariada por Sandra Guimaraes directora del museo junto al artista y su estudio, la muestra ha sido concebida específicamente para el el Museo Helga de Alvear, donde Gander nos invita a descubrir piezas que nunca se habían presentado juntas. Un ejercicio que provoca nuevas lecturas y colisiones en un lugar que, por la colección que alberga y el tipo de arte conceptual que suele acoger, hace de cálido hogar para la exhibición.

Museo Helga de Alvear, Ryan Gander
Ryan Gander. Museo Helga de Alvear

En la propia rueda de prensa inaugural, Gander explicó que “la exposición no se define por medios y estilos, sino por historias e ideas. El gran problema con mi obra es que todo parece distinto, así que cuando la gente lo ve no puede decir que es de Ryan Gander, porque no tiene ni firma ni estilo. Estoy más interesado en las ideas y en la falta de comunicación entre las cosas y las personas. Si tuviese que explicar lo que vais a ver, no sería tan interesante como si lo vieseis. Creo que la educación que recibimos en el mundo occidental está completamente equivocada. Enseñamos a los niños las respuestas. Ahora que las máquinas hacen tantas cosas, necesitamos hacernos preguntas, no aprender las respuestas. Hacerse preguntas es lo que nos hace humanos, no como las máquinas. Ese es el poder del arte. Hacerse preguntas y no tener respuestas”.

Museo Helga de Alvear, Ryan Gander
Make every show like it’s your last. Ryan Gander. Museo Helga de Alvear

Museo Helga de Alvear: un escenario para cuestionar el mundo

La interdisciplinariedad del británico se observa en esculturas, instalaciones, videoarte, objetos de diseño, intervenciones site-specific y proyectos de arte público participativos; esto último lo comprobamos con The Find, que convirtió la ciudad de Cáceres los días 6 y 7 de diciembre en un peculiar juego de búsqueda de tesoros. El título Gruñidos, silbidos, gemidos, ladridos y gritos nos conduce de manera directa a una de las obras más conocidas de Gander, Escuela de idiomas (2023), en la que un gorila animatrónico escondido bajo una mesa de oficina usa sus dedos para anotar unidades en su intento de contar. Una referencia a la educación y a la cuestión numérica y económica como sistemas de valor.

Museo Helga de Alvear, Ryan Gander
Your nostalgia, 2014. Ryan Gander. Museo Helga de Alvear
Museo Helga de Alvear, Ryan Gander
Ryan Gander. Museo Helga de Alvear

Igualmente, también podemos disfrutar de Dominae illud opus populare (2016) y su galería de gestos oculares, que persiguen al visitante desde el muro. O el archiconocido ratoncito que, en 2000 year collaboration (The Prophet) (2018), abre un hueco en las paredes para lanzar un monólogo —con la voz de la propia hija de Gander— basado en la última escena de El Gran Dictador, película de Charles Chaplin. Junto a ellos, vemos Hay una obra ahí (2024): una instalación hecha con bolas de billar que se expanden por la sala para mostrar posibles percepciones para piezas futuras.

Museo Helga de Alvear, Ryan Gander
School of Languages (2023). Ryan Gander. Museo Helga de Alvear

Mientras que los carteles de las exposiciones ficticias de Toda la ambición del mundo —que nunca se dieron y que aparecieron en los sueños comisariados de Gander—, conviven con esculturas como All things being equal, or I’m with you (2018) o Your nostalgia (2014): un molde de zapatillas hechas en bronce; propuestas que juegan con referencias figurativas y abren nuevas incógnitas en su discurso antimonumental. Como un narrador que solo nos ofrece el comienzo de la historia, pero abierto a recibir todas nuestras preguntas. Esa puede ser una definición posible del porfolio de Gander. Si queréis saber más, llamad al 649762179: El segundo teléfono del artista (2015), que aparece en uno de los carteles instalados a las puertas del museo. Solo nuevas preguntas; una invitación a seguir pensando.

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