El Museo CA2M presenta la primera exposición retrospectiva del artista Santiago Sierra: 1502 personas cara a la pared. Una exhibición comisariada por Alexis Callado que podrá visitarse hasta el 2 de febrero, y que tendrá un segundo capítulo en el Museo Helga de Alvear en Cáceres a partir del próximo 16 de mayo.
La primera retrospectiva de Santiago Sierra
Durante su carrera, Santiago Sierra ha desarrollado una obra contundente y comprometida con la denuncia social. A través de intervenciones en el ámbito público y performativas, nos desvela las desigualdades, la explotación y las injusticias inherentes al sistema capitalista. Es por ello que su trabajo, bebedor de las fuentes del arte conceptual y del minimalismo, muestra un carácter crítico y provocador, haciendo de Sierra una figura clave en la creación contemporánea.

Esto es precisamente lo que recoge la exposición 1502 personas cara a la pared, la primera retrospectiva —comisariada por Alexis Callado— dedicada exclusivamente al artista y que abarca su producción desde 1990 hasta 2005. En ella, la labor del curador cubano nos sorprende con un recorrido donde se genera una fuerte carga crítica; una escenografía donde se analiza el modo de retratar del madrileño, que posiciona a los sujetos de cara a la pared, negando así la singularidad de todos ellos.

Museo CA2M: el espacio expositivo como espacio crítico
Situados de espaldas al espectador, la despersonalización se halla en la identificación de los fotografiados según las prendas que portan, como sucede en la serie de los Veteranos. Del mismo modo sucede en el mosaico de retratos inversos sobre diferentes grupos de personas que ocupa el atrio, donde resaltan los refugiados de guerra. Una acción que, en el análisis de Alexis Callado, tiene un por qué: “Enfatizar la negación de la individualidad y resaltar el carácter opresivo de los sistemas de sometimiento, que son ejercicios desde los poderes tácitos sobre el cuerpo”. Una visión con la que Sierra busca plasmar cómo la identidad puede quedar completamente escondida.

Asimismo, la exhibición se completa con la presencia de imágenes sobre performances, proyectando la documentación de estas en televisores analógicos. Sin duda, la instalación más llamativa —que cuenta con un sitio destacado— es Forma de 600 x 57 x 52 cm, realizada por primera vez en 2001 y, posteriormente, en 2018. En ella, un bloque de asfalto, como símbolo de la opresión y la alienación, se alza desafiante en el ambiente expositivo: sostenido por trabajadores, el pesado objeto nos recuerda las cargas de diversa índole que soporta nuestra sociedad.

Santiago y la realidad que no se ve
La circulación por la muestra invita a experimentar un viaje por medio del tiempo y el espacio, pero también nos incita a recapacitar sobre temas y discusiones sociales que están hoy sobre la mesa: la migración, la explotación, la desigualdad. “Hay muy pocos artistas contemporáneos que antagonicen el engranaje de parámetros estéticos, éticos, políticos y económicos de las sociedades actuales. El arte, aún con el rostro manchado, es uno de los últimos frentes de resistencia contra la aniquilación. Hablemos de esto, aunque sea desagradable”, continúa Callado.

Mediante la producción de Sierra se plantea un acercamiento, una comprensión mejor de las complejas realidades que han moldeado nuestro mundo. Y ya que las exposiciones son lugares de reflexión, crítica y aprendizaje, quizás en 1502 personas cara a la pared podamos conocer aquellos asuntos que se nos escapan. Esos a los que seguimos dándole la espalda, como los protagonistas de los retratos de Sierra hacen con nosotros.

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Es un artista español conocido por su uso de la instalación, la performance y la fotografía para elaborar obras de corte crítico y político.