De la conquista del espacio urbano pueden surgir intervenciones que transformen un solar en ruinas en una nueva concepción de parque público. El estudio chino 100architects, conocido por su peculiar cromatismo, lo ha puesto en práctica en Over the rainbow, su última obra. Este recinto sobre la azotea de un edificio se percibe como un área donde la fantasía y el color complementan unas vistas privilegiadas del atardecer de Changsha.
El cromatismo de 100architects
La urbe debe ser, ante todo, un territorio humano; aunque a veces hacer de ella un entorno amigable puede suponer un reto. El equipo de 100architects —fundado en 2013— surgió, precisamente, con la intención de romper dogmas y levantar arquitecturas que fuesen originales e inclusivas para los habitantes de cualquier edad. Otear la ciudad como un gigante parque de juegos es una convicción posible en su práctica. Asomarnos al porfolio de este estudio shanghainés nos adentra en un mundo de cromatismos vivos, formas lúdicas, geometrías y luces que giran y nos aíslan del costumbrismo de hormigón.
Varias metrópolis chinas ya han sido conquistadas por su mirada recreativa. Con The Nest (2017) erigieron a ras del suelo un juguete para la localidad de Chengdu; un mapa multifuncional que propicia la actividad en un circuito donde pájaros y colores cuentan una historia común. Y en Shenzhen, además del rojizo y aparentemente esponjoso Kraken Playground del holandés Florentijn Hofman, 100architects también rindió un homenaje a los animales marinos con Octopus Kingdom: un llamativo pueblo de castillos de arena a la orilla de un mar flúor. Sus obras son anecúmenes entre rascacielos; extrañas zanjas coloristas destinadas al divertimento al margen del ruido.
Paisajismo urbano en la azotea de un edificio
El último de sus ejercicios de land art artificial pretende ser un lugar para el ocio y un nuevo punto de reunión en las altura. A partir de la renovación de una terraza dejada a su suerte, el paisajismo urbano Over the rainbow emana como la estela final del arcoíris frente al río Xiang, sobre un edificio comercial de la provincia de Changsha. Observando el trazo arqueado de la azotea no sorprende que se haya optado por recrear el mítico arco de luz multicolor. El esquema planteado apenas guarda misterio: franjas paralelas de distinta tonalidad realzan el contorno sinuoso del espacio.
Sin embargo, lo que se atisba como simples líneas programáticas —ejecutadas a modo de gráfico 2D— terminan por adquirir una volumetría 3D espontánea, que se va transformando en mobiliario, en plataformas de juego y en objetos propensos a la interacción. La tridimensionalidad muta en una especie de graderío decorado con un llamativo corazón desde el que otear el horizonte; también en paredes verticales con patrones vistosos que invitan a la foto de Instagram. Esta plaza elevada podría ser simplemente un escenario pueril a gran escala, perfectamente compatible con el universo Lego, pero su gran acierto se encuentra en las posibilidades que ofrece para todo tipo de público.
El anfiteatro social de 100archiects propicia la permanencia gracias a un diseño de imaginario cercano y compartido. En un ambiente dominado por el gris, la explosión colorista es el recurso conveniente para romper la monotonía. Over the rainbow no solo es un oasis cromático en mitad de construcciones al uso, es ese sitio amigable que una gran ciudad necesita. Un refugio al aire libre donde los niños pueden ser niños y los adultos vuelven a la infancia otra vez.
En este enlace puedes ver otros proyectos de paisajismo urbano.
Se conoce como anecúmene (del griego ἀν- «no» y οἰκουμένη «habitado») a las zonas de la Tierra que antaño fueron desconocidas por una cultura, o bien, en la actualidad, donde el ser humano no vive ni procrea de forma permanente.
En un edificio comercial en Changsha, capital y ciudad más grande de la provincia de Hunan, en China.
Un tobogán en espiral de 12 metros de altura que baja desde la azotea en el sexto piso hasta la terraza en el quinto piso.