Disparar una pistola de agua emocional para destruir a quien trata de hundirte. Bellísima metáfora hecha diseño por Yi-Fei Chen. La autora, nacida en Taiwan y formada en la Escuela de Diseño de Eindhoven, crea esta elegante arma como reacción a la educación recibida tanto por su familia como en el ámbito académico. Chen cuenta cómo su bloqueo ante la autoridad impuesta desde niña, o la presión inyectada durante la universidad, le llevaron a construir su particular revolver de latón. Su sensibilidad artística la canaliza a través de este objeto dando vía a unas balas de agua salada que recoge en un sutil depósito bajo los ojos. Una vez lleno, estas discurren por un particular catéter hasta que su dedo aprieta el gatillo y las dispara. Otra forma de herir sin sangre, pero generando un dolor psicológico y profundo. Para la creadora, es una herramienta de defensa personal que recarga frente a cada amenaza. Aunque surge del sentimiento negativo, es un diseño que libera y desahoga al homicida. ¿Cómo? Matando al agresor mediante un llanto horizontal: ahogándolo en un mar de lágrimas.