El puente de papel de Steve Messam va más allá de su tamaño y del estatismo de su estructura. Se erige humilde y orgánico desde el arte más profundo en el distrito de los Lagos en Inglaterra: 2000 hojas de papel prensadas capaces de aguantar el tránsito de personas, animales y amenazas climáticas. Todo el conjunto se construye de celulosa, sin adhesivos de ningún tipo ni fijaciones intermedias. Este arco deja el firme para echar a volar y acercarnos a aquello que está lejos. Además, es un trabajo de fondo-figura. En primer plano, el rojo carmesí; y en segundo lugar, los verdes contrastados del territorio. Más allá, aparecen nuevas atmósferas bajo su intradós: como el paso sagrado al agua, donde la estructura vuelca sus reflejos y la transforma de color y temperatura.