Aunque su finalidad sea destacar bianualmente dos nuevos edificios construidos en Europa, el Premio Unión Europea de Arquitectura Mies van der Rohe 2019 se distingue sustancialmente de muchos galardones por el hecho de que su razón de ser trasciende lo celebratorio.
Muy a diferencia de otros renombrados premios a los que puede reprochársele ofrecer una interpretación unidimensional y mediática de la arquitectura, el Mies se sustenta en el compromiso de profundizar en el conocimiento de la arquitectura y la afirmación de sus valores profundos.
El legado de cada edición es un exhaustivo y riguroso compendio de la arquitectura desarrollada en el continente durante los dos años previos, que pone en conocimiento no sólo cuál es la más destacada obra construida en ese periodo, sino también la pluralidad de contextos sociales, culturales, económicos, tecnológicos… que se están dando en Europa y de los que esos edificios son síntoma o reacción. El archivo que alberga en su web con todos los proyectos seleccionados desde su primera edición, en 1988, es una herramienta vital para quien desee repasar críticamente el paisaje de la arquitectura contemporánea.
Un jurado transversal para los Premios Mies van der Rohe
En la edición Premio Unión Europea de Arquitectura Mies van der Rohe 2019han competido 383 trabajos, distribuidos en 238 ciudades de 38 países, previamente seleccionados para su participación por el comité asesor del premio, expertos internacionales y los colegios de arquitectos de cada país. El jurado integrado por Dorte Mandrup, Frank McDonald, María Langarita, Kamiel Klaase, Ştefan Ghenciulescu, Agnelika Fitz y George Arbid efectuó una primera selección de 40 trabajos, de entre los que posteriormente fueron elegidos los cinco finalistas:
- 1.- Auditorio y Palacio de Congresos en Plasencia de los españoles Selgascano
- 2.- Edificio PC Caritas en Melle (Bélgica) de Architecten de Vylder Vinck Taillieu
- 3.- Skanderbeg Square en Tirana (Albania), de 51N4E, Anri Sala, Plant en Houtgoed e iRI
- 4.- Terrassenhaus/Lobe Block en Berlín, de Brandlhuber+Emde y Burlon und Muck Petzet Architekten
- 5.- Transformación de 530 viviendas-Grand Parc Bordeaux en Burdeos (Francia) de Lacaton & Vassal, Frédéric Druto Architecture y Christophe Hutin Architecture.
El jurado ha examinado todos los aspectos ligados a cada edificio: desde su planteamiento conceptual y fases de construcción a la relación que ha establecido con sus usuarios.
Poética de lo cotidiano
La rehabilitación de tres edificios de vivienda social llevado a cabo por Lacaton & Vassal, Druot y Hutin ha sido finalmente escogido ganador. Se trata de un trabajo que prosigue en la aproximación que los proyectistas ya han abordado anteriormente, como la rehabilitación de la Torre Bois le Prêtre en París (2011). ¿El objetivo? Logar una radical mejora de las condiciones de vida de los usuarios al incrementar el espacio habitable de la vivienda a través de una intervención basada en un estudio minucioso de las cualidades disponibles en la estructura existente y de costo muy mesurado.
El premio Arquitectura Emergente de esta edición ha ido también a manos de otro equipo francés, BAST, por el Comedor Escolar en Montbrun-Bocage. Se trata de un proyecto de ampliación de la pequeña escuela de la localidad con la que se logra un cierre físico, pero no visual, del área del patio de recreo.
De ambos, el jurado destaca la sensibilidad hacia los usuarios que constituía un elemento de partida clave en la conceptualización del edificio. Del primer ganador recalcan su «manera refinada de trabajar con personas, espacio y materiales»; y del segundo, «su extrema humildad» que logra «un espacio generoso y de inmensa poesía».
Tomar una decisión no ha sido fácil, matiza el comité seleccionador de los Prmios Mies van der Rohe, agregando que cada uno de los cinco finalistas iba a ser un justo ganador. Un vistazo a los proyectos finalistas, refleja cómo en los criterios del jurado ha estado también muy presente la capacidad de los edificios para generar innovadoras formas de uso y de establecer relaciones con usuario y ciudad en sus realidades contemporáneas. Quizá puede inferirse de su decisión global que han deseado subrayar el valor de la arquitectura que atiende con delicadeza a lo más esencialmente cotidiano.