Espacio compartimentado por árbol y caja de madera. Consiguiendo introducir la vegetación del exterior hacia su interior.
La intervención se lleva a cabo en un local de moderada escala situado en la Avenida Miguel Ángel Blanco, una de las arterias principales que conectan el centro de la ciudad de Valladolid. El local, de planta ortogonal, cuenta con una fachada al exterior quebrada y completamente abierta a la avenida.
El principal reto del proyecto consistió en dotar a un centro Odontológico de un carácter singular combinando la propia limpieza estética que debe de tener una clínica dental con elementos y acabados que provienen del paisaje mediterráneo, dado el origen y la raíz del proyecto.
Para ello se ha diseñado tres elementos independientes que resuelven el espacio de todo el Centro Odontológico: la caja de vidrio, la sala de RX y la pastilla de equipamiento dental (Gabinetes y Esterilización).
El núcleo de la intervención se resuelve con una “caja de vidrio” que luce un olivo liofilizado volcándose a la fachada de calle. Esto permite configurar y separar espacios tales como la sala de espera, generando una nuevo mural y trasladando el espacio hacia el exterior.
Los acabados se generan uniendo los mundos de ambas ideas expuestas. Se emplean detalles en madera DM lacada en blanco a los se contrasta con madera chapada en roble. El espacio se completa con un paño de mortero gris fratasado y el suelo en porcelánico de acabado cementoso. Una pletina de madera marca la escala doméstica y ata toda la intervención.
El principal reto del proyecto, llevado a cabo por Murillo Arquitectos, consistió en dotar a un centro odontológico de un carácter singular que lograra fusionar dos aspectos clave: por un lado, la limpieza estética y funcionalidad que debe caracterizar a una clínica dental, y por otro, la incorporación de elementos y acabados inspirados en el paisaje mediterráneo, que conectaran al espacio con su origen y la raíz cultural del proyecto. Esta propuesta no solo buscaba ofrecer un entorno cómodo y clínicamente adecuado, sino también crear una atmósfera que transmitiera calma, serenidad y una fuerte conexión con la naturaleza, algo fundamental en un entorno sanitario que, por lo general, tiende a generar cierto nivel de estrés entre los pacientes.
Uno de los principales desafíos fue lograr que la estética de la clínica se mantuviera en línea con la pulcritud y la funcionalidad que una clínica dental exige, sin perder la oportunidad de infundir el espacio con una identidad única y acogedora que hablara de su contexto geográfico y cultural. El paisaje mediterráneo, conocido por sus colores cálidos, texturas naturales y una armonía visual entre el mar, la tierra y el cielo, fue la base sobre la que se cimentó la inspiración para el diseño.
Murillo Arquitectos seleccionó cuidadosamente materiales y acabados que evocaran la esencia del Mediterráneo, como la piedra natural, que aporta solidez y una sensación de permanencia, junto con tonos suaves y cálidos que recuerdan a las playas y los atardeceres típicos de la región. La madera, otro material fundamental, se integró en detalles de los muebles y elementos decorativos, creando una atmósfera más cálida y acogedora que equilibrara la frialdad inherente a los entornos clínicos tradicionales. Además, el uso de tonos claros y neutros, junto con la incorporación de vegetación, en particular plantas autóctonas de la región, contribuyó a generar una sensación de frescura y bienestar, haciendo que los pacientes se sintieran más relajados durante su estancia.
El diseño también buscó aprovechar la luz natural al máximo, al igual que lo haría cualquier arquitectura mediterránea, con grandes ventanales que permiten la entrada de luz y crean una sensación de amplitud, haciendo que el interior de la clínica se sintiera más como un espacio abierto y luminoso que como un consultorio tradicional. Las paredes, revestidas con materiales que recuerdan las casas tradicionales de la región, fueron combinadas con detalles contemporáneos y funcionales para no perder la esencia moderna y profesional que se espera en una clínica dental.
El reto no fue solo estético, sino también técnico. Fue necesario encontrar una manera de integrar estos elementos mediterráneos sin comprometer la higiene y la fácil limpieza del espacio, una prioridad en el diseño de cualquier centro odontológico. Por ello, se optaron por acabados que, aunque evocaban la calidez y belleza del paisaje mediterráneo, también eran resistentes, duraderos y fáciles de mantener.
En definitiva, el objetivo de este proyecto, dirigido por Murillo Arquitectos, fue transformar la experiencia de visitar una clínica dental en algo más que una simple consulta médica, creando un espacio que conectara emocionalmente con los pacientes y les ofreciera una sensación de calma y confort, a la vez que mantenía todos los estándares de limpieza, seguridad y eficiencia que un centro odontológico debe cumplir.
- Estudio
- Murillo Arquitectos