Reforma integral de clínica dental en Valladolid con diseño moderno, funcional y adaptado a pacientes. Expertos en arquitectura y acondicionamiento de espacios sanitarios.
Este proyecto parte de la intervención integral en un local de proporciones estrechas y alargadas, cuya morfología planteaba retos significativos tanto en términos de espacio como de iluminación. El carácter longitudinal del lugar exigía una respuesta arquitectónica precisa, capaz de transformar una condición espacial compleja en un entorno funcional, ordenado y visualmente atractivo. La propuesta responde con un interior diáfano, articulado en torno a un volumen central que no solo delimita la zona de trabajo de la clínica, sino que también organiza de manera eficiente el resto de los espacios que integran el programa.
El acceso principal conduce directamente a la recepción, configurada mediante un volumen de escala reducida que incorpora el mostrador de atención. Desde este punto, el visitante es conducido hacia la sala de espera, concebida como un espacio abierto y acogedor. Esta área establece una relación visual fluida entre la calle, el interior y el propio mostrador, logrando que la primera impresión transmita cercanía, claridad y profesionalidad. El diseño busca que la experiencia del usuario se perciba desde el inicio como ordenada y cálida, en contraposición a la frialdad habitual de algunos espacios clínicos.
El pasillo central constituye el verdadero eje visual y funcional del proyecto. Se despliega a lo largo del local, abrazando el volumen que contiene los gabinetes, y orienta a los pacientes hacia las estancias situadas en la parte posterior: el despacho, la zona de formación y el gabinete de cirugía. Esta distribución facilita la legibilidad del espacio, favorece la circulación intuitiva y garantiza una organización flexible que puede adaptarse a las diferentes necesidades de la clínica. De este modo, cada área se integra de manera coherente en un esquema que optimiza el uso del espacio disponible.
El volumen central se reviste con paneles de madera de roble, tratados con un diseño de casetones que aportan un lenguaje clásico y atemporal. Dichos elementos, combinados con la bóveda del falso techo, introducen un carácter elegante y sobrio, en sintonía con la imagen exterior de la clínica. La madera, además de su valor estético, añade calidez y contribuye a generar una atmósfera de confianza, fundamental en espacios de atención sanitaria.


Uno de los principales objetivos del diseño fue potenciar la percepción de profundidad del local. Para ello se implementaron recursos como el abocinamiento progresivo, el uso de curvas de escayola en el falso techo y una tabiquería de altura controlada, que permiten canalizar la luz natural desde ambos extremos del espacio. Este planteamiento consigue que la iluminación natural no se limite a los accesos, sino que fluya hacia el interior, creando una atmósfera luminosa, continua y serena.
La estrategia lumínica se complementa con una cuidada combinación de luz artificial. Tiras LED y luminarias focales se disponen en puntos estratégicos, reforzando la linealidad del espacio y resaltando elementos clave del diseño. Especial mención merecen la iluminación de las bóvedas y el mostrador de piedra de Campaspero, que funcionan como hitos visuales y contribuyen a una atmósfera sobria, funcional y elegante.
En cuanto a los materiales, se seleccionaron piedra de Campaspero para suelos y mostrador, madera de roble para puertas y panelados, y cerrajería en acero negro mate. La paleta material, reducida y coherente, refuerza la identidad arquitectónica del proyecto, equilibrando sobriedad, durabilidad y calidez. La combinación de texturas y acabados otorga al conjunto una presencia atemporal, capaz de transmitir confianza y profesionalidad, a la vez que invita a una experiencia espacial armónica y confortable.
Arquitectos a Cargo: Sergio Murillo Moreno, David Hernández Martin
Fotógrafo: Gabriel Gallegos
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