Este proyecto residencial de A29 surge como una nueva transformación de un apartamento ubicado en un edificio típico entre medianeras, con una proporción alargada propia de la zona. El espacio presentaba una distribución fragmentada, resultado de sucesivas ampliaciones y reformas, con estancias pequeñas, escasa iluminación natural y poca ventilación.
Entre la colina de Cerdanyola y la playa del Varador, la ciudad de Mataró se estructura siguiendo el trazado de sus antiguas rieras y torrentes. En sus calles, conviven edificios residenciales de principios del siglo XX, caracterizados por la autoconstrucción y continuas transformaciones, junto con un tejido industrial propio de la misma época.
La propuesta se centra en implementar una estrategia que reordene y optimice los espacios, maximizando la entrada de luz natural. Para lograrlo, se organiza un núcleo central de servicios y almacenamiento, liberando las fachadas para situar en ellas las habitaciones, la cocina, el comedor y el salón.
Una de las intervenciones clave es la demolición del muro de la antigua fachada, que separaba el salón de la cocina y el comedor, y la ampliación de la antigua galería. Estas acciones permiten desfragmentar el espacio, creando una estancia abierta, amplia y luminosa. En este entorno, destaca una pieza central de hormigón, suspendida de la nueva estructura de apeo. Este elemento, que actúa como un mueble integrado en el edificio, protagoniza el espacio y genera un punto de encuentro.
Por último, el estudio, ubicado en el fondo de la parcela y con acceso independiente, se conecta visualmente con el apartamento mediante un nuevo lucernario y un patio revestido de cerámica esmaltada, estableciendo una relación fluida entre ambos espacios.
Entre la colina de Cerdanyola y la playa del Varador, la ciudad de Mataró se estructura siguiendo el trazado de sus antiguas rieras y torrentes. En sus calles, conviven edificios residenciales de principios del siglo XX, caracterizados por la autoconstrucción y continuas transformaciones, junto con un tejido industrial propio de la misma época.
El proyecto A29 surge como una nueva transformación de un apartamento ubicado en un edificio típico entre medianeras, con una proporción alargada propia de la zona. El espacio presentaba una distribución fragmentada, resultado de sucesivas ampliaciones y reformas, con estancias pequeñas, escasa iluminación natural y poca ventilación.
La propuesta se centra en implementar una estrategia que reordene y optimice los espacios, maximizando la entrada de luz natural. Para lograrlo, se organiza un núcleo central de servicios y almacenamiento, liberando las fachadas para situar en ellas las habitaciones, la cocina, el comedor y el salón.
Una de las intervenciones clave es la demolición del muro de la antigua fachada, que separaba el salón de la cocina y el comedor, y la ampliación de la antigua galería. Estas acciones permiten desfragmentar el espacio, creando una estancia abierta, amplia y luminosa. En este entorno, destaca una pieza central de hormigón, suspendida de la nueva estructura de apeo. Este elemento, que actúa como un mueble integrado en el edificio, protagoniza el espacio y genera un punto de encuentro.
Por último, el estudio, ubicado en el fondo de la parcela y con acceso independiente, se conecta visualmente con el apartamento mediante un nuevo lucernario y un patio revestido de cerámica esmaltada, estableciendo una relación fluida entre ambos espacios.
- Estudio
- MACH