Parasite, el proyecto colaborativo de YET Architecture y BDM Architects, es una llamada a subvertir lo normativo y a intervenir lo puro con formas que respiran diferencia. De ese modo, distintos muebles de IKEA —empresa de lo universal y accesible— se han convertido en un lienzo para imaginar un futuro más expresivo y sostenible.
Parasite. Lo estandarizado bajo ataque estético
La industrialización ha desprendido el diseño de capas superfluas para volverlo simple y esencial. Pero bajo esta perspectiva que ensalza lo imprescindible, se halla una contradicción: la producción en masa. Los muebles estandarizados ya lo habitan casi todo, y este sentido que abusa de lo níveo y sereno termina por resultar insípido. Nuestra trayectoria vital es una evolución sensitiva y, por eso, buscamos el punch estético que genere pasión; esa dulce intensidad de la personalización.

Exhibido en la Galería Isola durante la Semana del Diseño Holandés 2024, el proyecto Parasite promovía esa expansión y diversificación cultural de nuestro mundo, reconociendo el diseño como un elemento clave para moldear y adaptar esta evolución. No obstante, al complacer nuestro espíritu deseoso de estímulos es preciso seguir una línea respetuosa y sostenible, alejada del capricho. Por eso la colaboración de YET Architecture y BDM Architects convergió en un experimento que fusionaba el reciclaje con lo hecho a medida. “Creemos que el mobiliario debe mutar y adaptarse a la cultura, ofreciendo soluciones que reflejen el panorama en constante evolución de la experiencia humana”, señalaban los diseñadores.

Para lograrlo reutilizaron algunas piezas clásicas de IKEA, con la intención de hacerlas especiales adaptando sobre su superficie unos detalles peculiares impresos en 3D. De esa manera, una nube dorada e iluminada se convirtió en la nueva fachada de la mesita de noche Knarrevik, mientras que la estantería de bloques Eket se alzaba en el aire por medio de una estructura orgánica en azul eléctrico. Y esta estética infiltrada ha terminado por evocar una fantasía sinuosa y escultural, que nada tiene que ver con la base sencilla que habita.

Reimaginando los muebles de IKEA producidos en masa
Más allá del atractivo visual, Parasite pretende hallar el equilibrio entre la tipificación y la singularidad, generando —esta vez sí— una noción coherente y ecológica de lo indispensable. Ambos estudios han imaginado volúmenes cargados de expresividad, pero los han conjugado en un verso ya existente, que revive físicamente en sentido circular. Y es que “al reutilizar muebles de IKEA existentes y añadir elementos a medida, insuflamos nueva vida a objetos estandarizados, impregnándolos de historia, carácter y conciencia ecológica”, continúan.


La nueva narrativa de Parasite propone una mirada necesaria en nuestro presente: una en la que lo cotidiano puede considerarse tan inesperado como bello. Y así es como Yet Architecture y BDM Architects han desafiado nuestra percepción casi indiferente sobre el componente industrial, revelando su posible mutación en algo extraordinario cuando se permite la entrada del gesto artístico y consciente. Una propuesta que no responde a un mero anhelo ornamental, sino a una necesidad profunda de reencontrarnos con lo significativo, con lo que tiene alma y nos habla.