La exposición temporal Over the Rainbow del Centre Pompidou de París focaliza en las luchas de la comunidad LGBTQIA+ por el reconocimiento de sus derechos. La narrativa pluridisciplinar de la muestra engloba más de 500 piezas heterogéneas que afirman, cada una a su manera, lo que la representación homófoba denigra. Una exhibición que abarca un vasto periodo histórico y sitúa los acontecimientos más significativos en su contexto cronológico, político y social.
Contrarrepresentaciones positivas de la homosexualidad
En la segunda mitad del siglo XIX, el arte moderno despegó a medida que proliferaban los discursos que convertían al «homosexual» en un «personaje» específico, sobre el que recaían estereotipos fóbicos. No obstante, a partir de 1870, numerosos creadores comenzaron a producir diferentes figuraciones de la sexualidad fuera del marco heteronormativo, lo que favoreció la formación de culturas underground gracias a sus contrarrepresentaciones positivas.
Nada más empezar el itinerario de Over the Rainbow, la exposición documenta cómo el salón de la escritora estadounidense Natalie Clifford Barney se convirtió, desde 1910, en el centro de una red social de lesbianas de élite; allí se reunían numerosas mujeres expatriadas en el París libre de aquel entonces. Este círculo, que también acogía a hombres, era frecuentado por Djuna Barnes, Colette, Sylvia Beach, Greta Garbo y Gertrude Stein.
La homosexualidad en la fotografía y la literatura
Tal y como se ilustra más adelante, la homosexualidad también fue defendida por intelectuales y artistas de principios del siglo XX, como Claude Cahun, Jean Cocteau y René Crevel. Protegido por su estatus social —que le permitía vivir libremente su sexualidad— Cocteau escribió en 1928 un alegato literario a favor de la homosexualidad: Le Livre Blanc.
La fotografía ya era a finales del siglo XIX el principal medio de representación y difusión de la sexualidad, como se percibe en las instantáneas de George Platt Lynes y Raymond Voinquel. El homoerotismo masculino fotográfico tomó prestados sus códigos de la pintura de desnudos, que a su vez se apoyaba en la estatuaria clásica de tintes eróticos. Asimismo, el erotismo lésbico se ve plasmado en las imágenes de Germaine Krull y Florence Henri reunidas en la muestra. También esta disciplina fue el soporte al que recurrió Brassaï para documentar algunos lugares frecuentados por travestis. El legendario ballroom Magic City —al que asistían mujeres con esmoquin y hombres con crinolina— era una meca de la autoperformance en la que la práctica drag ponía de relieve la naturaleza artificial del género.
Revolución sexual, clandestinidad, cuero y canciones
Bajo el régimen de Vichy (1940-1944) y en los años de posguerra, la represión social y la desaprobación moral en Francia relegó la denominada “sexualidad desviada» a la clandestinidad. En respuesta a esta exclusión, los primeros libros de Jean Genet celebraban una «homosexualidad criminal», como ocurre en Querelle de Brest, que en 1982 dio el salto a la gran pantalla de la mano de Rainer Werner Fassbinder. Ambas versiones pueden verse en Over the Rainbow. Las canciones también fueron clave en la subcultura underground que prefiguró la revolución sexual. De hecho, el título de la exposición alude al tema central de El mago de Oz; en los setenta, esta canción junto con la bandera del arcoíris se instauró como uno de los primeros himnos de la causa.
Otro de los bloques está dedicado al cuero, cómo no. A comienzos en los sesenta, la chaqueta de cuero negra se volvió un objeto de atracción homosexual. Rompiendo con la imagen excesivamente «limpia» y angelical del efebo, la iconografía homoerótica de motociclistas o policías pasó a encarnar en esa década el ideal de fantasía gay. En muchos casos, asociado a un nuevo «art de vivre» sadomasoquista (S/M). Como resultado, el S/M ha funcionado como inspiración o estimulación en las instantáneas de Robert Mapplethorpe, también incluido en esta cronología.
Activismo, sida y pensamiento queer
En materia de activismo, la exhibición recoge acciones del grupo de lesbianas Front homosexuel d’action révolutionnaire (FHAR), de varias revistas pioneras como Le Torchon brûle y Recherches y de publicaciones como Le Fléau social (1972) y Quand les femmes s’aiment (1978).
Por supuesto, Over the Rainbow se encarga de reflejar la inacción de los gobiernos —teñida de homofobia— de mediados de los ochenta ante la epidemia del sida. Esta indiferencia gubernamental provocó el surgimiento de colectivos de «activistas culturales», decididos a dar visibilidad a los enfermos y a denunciar los obstáculos que los poderes públicos ponían a las campañas de prevención. Ejemplo de ello fueron Act Up y Gran Fury —formado principalmente por artistas—, o el colectivo anónimo Boy With Arms Akimbo/Girl With Arms Akimbo. A partir de 1990, el movimiento de infinidad de figuras ha sido testigo de la difusión del pensamiento queer, basado en elementos constitutivos del género y la sexualidad, no comprimidos en significados monolíticos.
Una historia made in France
Plagado de hitos clave en la lucha por los derechos LGBTQI+, el recorrido de Over the Rainbow arroja luz sobre la historia a través de un conjunto de obras ricas en complejidad y diversidad. Se trata, principalmente, de una historia nacional, ya que se centra mayoritariamente en el territorio francés; si bien esta particularidad no le resta puntos de atractivo e interés. Sin embargo, en la muestra —que oscila entre el arte, la historia y la sociología— parece que no hay sitio para la ciencia. Y, además, pasa de puntillas por el siglo XXI, finiquitado con algunas revistas, la aprobación del matrimonio homosexual en Francia (2013) o la fundación del Colectivo Archivos LGBTQI (2017). Como si la batalla hubiese concluido ya.
En este enlace puedes leer sobre Bonne Chance, una exposición de Elmgreen & Dragset en el Centre Pompidou de Metz.
Pinturas, fotografías, carteles de películas, extractos de vídeos de reuniones de militantes, pasajes cinematográficos, canciones, revistas, queerzines…
El 13 de noviembre.