La velocidad exponencial con la que se suceden los acontecimientos en nuestra sociedad actual choca frontalmente con la idea de una arquitectura impertérrita. Esta colisión inexorable provoca el abandono de viejos edificios inadaptados, encorsetados en un programa estricto, cadáveres que permanecerán en nuestras ciudades de manera inevitable. ¿Pero se pueden rescatar del olvido? Así lo ha demostrado Foster + Partners al revivir una antigua fábrica de gas en Madrid.
Ombú, un complejo de oficinas de Foster + Partners
Acciona —la empresa energética española— escogió una vieja fábrica de gas en desuso de Madrid para su nuevo espacio laboral. Y la tarea de rehabilitar el inmueble fue encargada al estudio británico Foster + Partners, que ha preservado el armazón de muros de ladrillo vaciando íntegramente el interior. El resultado de esta intervención ha sido una estructura de madera a modo de bosque escalonado en altura con una disposición piramidal.
Esta forma favorece la ventilación e iluminación, que inunda las zonas inferiores y reduce el consumo energético. Concebida como una instalación desmontable, reciclable y reversible, alberga en todo su conjunto los distintos puestos de trabajo e insufla de vida el cuerpo deshabitado que, en caso de ser necesario, podría volver a su estado inicial.
De fábrica de gas en desuso a corazón biofílico para Madrid
La solución tradicional para el problema de construcciones abandonadas ha sido comúnmente el derribo, pero el equipo de Foster + Partners nos propone un ejercicio de sostenibilidad, aprovechando la carcasa exterior de ladrillo y la característica cubierta de cerchas metálicas de la arquitectura industrial. Con este gesto, se ha evitado crear 10 000 toneladas de escombros, reduciendo drásticamente el impacto ambiental.
Asimismo, este proceso reconstituyente no termina solo con un edificio renacido, ya que el entorno verde desempeña un papel fundamental en la propuesta. Dado el buen clima madrileño, Ombú dispone de un área dedicada a oficinas al aire libre alrededor de un patio. Este lugar enlaza con un parque de 12 400 m2, que ha sido ajardinado con 350 árboles y sitios a la sombra para, por ejemplo, realizar reuniones informales.
El páramo fabril se convierte así en un nuevo jardín para Madrid, que queda conectado con las zonas verdes de la capital. El despacho británico ha buscado en todo momento que el proyecto planteara un diseño sostenible, por ello han usado desde materiales locales a estrategias para la reducción del consumo energético, alentando a los empleados a utilizar el transporte público y vinculando las oficinas con la red municipal de movilidad.
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Ombú, las nuevas oficinas adaptativas de Acciona, se encuentra en una antigua fábrica de gas construida en el distrito de Arganzuela, Madrid.
Es un estudio de arquitectura fundado por Norman Foster en Londres, en 1967. De carácter internacional, la firma se caracteriza por sus edificios High-Tech.