Objects of Common Interest trabajan en los intersticios —cada día más poblados— que quedan entre el diseño de producto, la especulación artística y la configuración espacial. Producen series de objetos —no objetos en serie— que actúan luego como base de instalaciones en sitios públicos o interiores.
De Atenas al diseño experimental
Tras completar su formación como arquitectos en Atenas, París y Nueva York, en 2012 Eleni Petaloti y Leonidas Trampoukis fundaron LOT, un pequeño estudio con oficinas en la capital griega y en la gran manzana. Tres años después, desarrollaron de manera informal la marca Objects of Common Interest porque, en palabras de Leonidas, tenían interés en el diseño experimental “haciendo cosas en una escala más pequeña […], por curiosidad y por la necesidad de hacerlas más rápido y en plazos más cortos que en la arquitectura”.
Apenas un lustro más tarde, esa faceta tentativa y exploradora les ha ganado un lugar en la escena emergente del diseño internacional, subrayado en 2021 con la Golden Madonnina del Design Prize auspiciado por designboom y la ciudad de Milán en el apartado de Experimentación. Eleni y Leonidas trabajan en los intersticios —cada día más poblados— que quedan entre el diseño experimental de producto, la especulación artística y la configuración espacial.
¿Pero qué hacen Objects of Common Interest?
Producen series de objetos —no objetos en serie— que actúan luego como base de instalaciones en sitios públicos o interiores. Por ejemplo, las Tube Lights (2019) —luminarias construidas como breves sectores curvos que se apoyan en el suelo, el muro o el techo— pueden alternarse con variantes de su Tube Chair (2018) en un paisaje realizado para una feria de arte en Bruselas, entrar en resonancia con los monolitos de Isamu Noguchi en su museo de Queens o hibridarse con volúmenes orgánicos de madera en Volax Collection, su más reciente creación en Atenas.
Pero esa misma gramática formal de tubos en arco coloniza la entrada del conservatorio ateniense en Formations, un bodegón de escala 1:1 inspirado por los conductos de ventilación en las calles de Nueva York. Se trata siempre de un planteamiento conceptual que surge de largas conversaciones a menudo peripatéticas entre ambos, y que pasan a concretarse en estrecha colaboración con los talleres y fabricantes que las elaboran, sin casi estadios intermedios.
Lo que les interesa son las interacciones de la forma con el material, y de estos con la experiencia del público. Ahí desempeñan un papel destacado las ilusiones táctiles o visuales, el juego con los reflejos y las refracciones, sobre las que han trabajado desde sus inicios a partir de vidrios, espejos y, actualmente, de holografías aplicadas a los objetos —véase Future Archeology, su última intervención en el Fuorisalone milanés— o de una resina opalescente que extrae insólitas gradaciones de luz en cuerpos traslúcidos.
Encontraron este elemento nada menos que en un fabricante neoyorquino de souvenirs kitsch, al que le han comprado la tecnología para desarrollarla en un taller propio en El Pireo. Una complejidad que desborda con mucho la simplona explotación del one-off, tan manoseada en la escena actual.
En el siguiente enlace puedes ver otro artículo de Ayaskan Studio, otro estudio que desarrolla su trabajo en el campo del diseño experimental