Estudio Muller Van Severen surge de la unión de la fotógrafa Fien Muller y el artista Hannes Van Severen, ambos residentes en Gante (Bélgica), donde también está situado su estudio. Con una formación que incluye la fotografía, la escultura y las bellas artes, comenzaron a trabajar como pareja creativa a partir de 2011.
La cualidad pictórica de Muller Van Severen
Como artista, Van Severen trabaja a partir de muebles existentes, modificándolos hasta que son despojados de toda función original. Como fotógrafa, Muller utiliza el lenguaje pictórico, firmemente anclado en la composición. Como diseñadores, las piezas de Muller Van Severen destilan esa cualidad pictórica y esa experimentación con los límites del material. Su mobiliario responde a funcionalidad directa sin aparentes pretensiones; parten de formas geométricas básicas y colores primarios, que combinan manteniendo los elementos imprescindibles.
Los objetos de Muller Van Severen están formados por retículas en las que no sobra ni falta nada, con una precisión similar a la que encontramos en las pinturas de Mondrian. Su paleta de colores es algo más amplia que la del pintor, pero sin estridencias, su única concesión a la pureza es el verde. Las líneas, depuradas hasta el extremo, transmiten una sencillez nada simple.
Diseño belga y composiciones puras
Future Primitives, una de sus primeras colecciones, es un gran ejemplo: tiene los componentes mínimos, en una economía de formas donde no hay lugar para lo superfluo. Cada línea cuenta, cada superficie tiene una función y un lugar. Composición pura, no solo en cuanto a su funcionalidad, sino en cuanto a la pieza misma: ningún ángulo podría tener otra inclinación, ninguna línea otra longitud. Todo cuadra y encaja con exactitud matemática, cada elemento es así porque no podría ser de otra manera. Tan rotundo y delicado es su equilibrio.
Mirando su trabajo parece que lo que vemos es plano, como si estuviera trazado con tiralíneas y un rotulador técnico sobre el espacio. Este juego óptico y geométrico es especialmente emocionante en Wire s# las mecedoras que llevaron a cabo para Solo House, el monumental conjunto arquitectónico que se está llevando a cabo en la comarca de Matarraña, Teruel.
Para ellos diseñaron una serie de asientos con malla metálica de alambres tejidos que formaban cuadrados de dos por dos centímetros. Son en gran medida transparentes, podemos ver a través de ellas; no solo son visualmente etéreas y ligeras, sino que parecen flotar. Podríamos decir que están hechos del espacio que queda ente los finísimos alambres que forman su superficie. Asientos de aire, casi invisibles y abiertos.
Su serie Alltubes se sale un poco de sus dominios estéticos, pero en esencia responde a la misma idea: tubos huecos —otra forma de hacer muebles de aire al fin y al cabo— que, convenientemente unidos, doblados y soldados se convierten en sillas, armarios o bancos.
Hacen lo máximo con lo mínimo: cuatro planchas de mármol son un banco, tres finos tubos de metal, una lámpara. No hace falta más. Y no solo no hace falta, sino que no queremos nada más.