Llega Mayrit Bienal y charlamos con su director, Miguel Leiro, sobre los mecanismos culturales, las industrias creativas, los tejidos que las sostienen o el papel del diseño en este momento. En definitiva, todas las cosas que puede —y debería— ser una bienal de diseño y arquitectura.
Mayrit Bienal. La ruptura de fronteras
“Me di cuenta de que la prensa internacional se interesaba por el diseño español”, comienza a contarnos Leiro cuando le pregunto cómo empezó todo. “En cuanto terminó la primera edición de Mayrit, entonces festival, nos confinaron”; y Leiro utilizó ese retiro forzado para pensar en cómo se podrían hacer las cosas de otra manera. Surgida del reposo y la reflexión, Mayrit es una bienal que se piensa a sí misma como parte del presente. Estamos hablando de un proyecto y de una plataforma; de un diálogo entre diseñadores, marcas e instituciones. De borrar fronteras entre disciplinas y crear, reformular, profesionalizar y visibilizar, pero, sobre todo, materializar. Estos son algunos de los verbos que más veces se pronuncian a lo largo de nuestra conversación con Leiro.
El marco teórico del evento corre a cargo del Instituto for Postanual Studies: Los mundos sumergidos es la idea central basada en la obra de ficción El mundo ahogado de JG. Ballard. Si hasta la fecha el cine y la literatura han sido los mayores escenarios para lo especulativo, para originar mundos que nos ayuden a imaginar mejor el mañana, ahora ha llegado el momento del diseño, y es ese diseño especulativo el que Mayrit quiere poner de relevancia en nuestra ciudad. “Estos son diseñadores que se acercan a la literatura y a la filosofía y generan nuevas narrativas alrededor de esas mismas nociones”, continúa Leiro. A partir de ahí se han comisariado performances, talleres, charlas, instalaciones y, por supuesto, exposiciones. Noventa participantes en total. Estamos hablando de mucha, mucha chicha.
Diseño especulativo en Madrid
Madrid es una ciudad plural, moderna y que acoge a los que llegan de fuera sin preguntar. Pero como en todos sitios, las propuestas rupturistas suelen provocar suspicacias que se traducen en hostilidad, y ciertos ejercicios creativos tienden a quedarse en la periferia. Ante esto, el extrarradio los ampara y los cuida, convirtiéndose en un lugar para conectar y conocer a esa gente con intereses similares. Unos de los objetivos de esta bienal es completar esa escena local dando voz a estas prácticas que ahora están en los márgenes para el gran público, pero que están ensanchando los límites de lo que consideramos la actividad del diseño.
Mayrit se ha gestado con el propósito de plantear nuevas estructuras, ejes. Precisamente se ha transformado de festival en bienal para dedicarse a ese tipo de investigación y de estudio. “No solo se trata de aprovechar un evento de estas características para comunicar, sino para estudiar, investigar, proponer, hacer networking y establecer un espacio que solo existía a un nivel muy minoritario”, nos dice Leiro.
A pesar de la apabullante capacidad discursiva de los integrantes de Mayrit, traspasar la barrera de “lo gaseoso” ha sido una de las principales tareas. Sacar ese talento de esa periferia y ponerlo en el foco, y para eso hay que trazar un tejido e “involucrar a las instituciones y a las firmas”. Unas brindan apoyo y visibilidad, las otras, trabajo. “Un diseñador no puede diseñar sin un cliente” y teorizar está bien, pero en este caso el equipo de comisariado se ha ocupado de que esas ideas se materialicen, de que el verbo se haga carne. Dos años desde la primera edición que han servido para meditar sobre el tema central, por lo que podemos considerar cada pieza y evento un ensayo material.
Mayrit. Una nueva mirada del mundo y el diseño
¿Qué puede esperar el visitante de Mayrit? Para empezar otra mirada sobre el mundo, el diseño y la arquitectura más convencionales. Por otro lado, entender mejor la labor de un grupo de diseñadores y comisarios en el progreso de su disciplina. Dentro de su programación, el propio Leiro nos recomienda Escena, una indagación sobre los vasos comunicantes entre música y estética hecha exhibición, que podrá verse en Matadero. Por nuestra parte apuntamos Mercado de bienes, frente al museo de artes decorativas, la librería pop up en el mercado de San Fernando también promete; Swan Salon, performance en torno a las herramientas identitarias cargadas de connotaciones, y Mañano, comisariada por Joel Blanco, en la que cuatro diseñadores nos exponen un escenario para la humanidad en 2038; como reza la nota de prensa, el resultado está más cerca del meme que del foresight.
Pasen y vean porque con la llegada de Mayrit, junio y julio acaban de convertirse en meses tremendamente interesantes. Si tenían pensado huir del calor de la meseta, los que nos quedamos combatiremos las altas temperaturas a base de vanguardia y de imaginar que nos encontramos en esa ciudad sumergida.
En este enlace puedes conocer otros eventos que se están desarrollándose en Madrid durante este verano.
Del 17 de junio al 6 de julio.