Ya se sabe que no hay material ni proceso que esté fuera del alcance de Max Lamb. Sus trabajos alternan la eficacia de métodos de diseño tradicionales con diseño digital. Del mismo modo, los componentes más inusuales suelen ser siempre protagonistas en sus creaciones. En esta ocasión, gracias al empleo del moldeo a presión consiguió dar textura tridimensional a las baldosas de Tajimi Custom Tiles. La curva es la esencia de esta colección.
Tajimi Custom Tiles de Max Lamb: una tradición artesanal
Lo primitivo abre el camino hacia el futuro. Nos apiadamos de la historia para no repetir sus errores, pero también nos fijamos en sus logros para no desecharlos en nuestro presente. Hace 1300 años surgió en la ciudad japonesa de Tajimi una industria de cerámica, convirtiéndose así en una de las cunas de la alfarería más influyentes del país del sol naciente. La empresa Tajimi Custom Tiles es partícipe del legado en la fabricación de azulejos a gran escala, pero sin perder el cuidado artesanal y la búsqueda de nuevas técnicas de producción.
El peculiar mundo de Max Lamb
En este panorama donde se conjuga costumbre e innovación, no es de extrañar que el sello haya colaborado con el diseñador londinense para realizar una exposición en Tokio. Si por algo es conocido Max Lamb es por su peculiar manera de proyectar muebles con formas y materiales insólitos. Fuimos testigos de su genio en la exhibición del Pabellón de Albania en la Bienal de Venecia de 2016, con aquellos asientos deformes hechos de restos de poliestireno que almacenaban una carga social. Incluso en los pequeños utensilios de su serie Crockery Dark Basalt, la imperfección rugosa del yeso refleja un gran carácter conceptual.
La “arquitecturalidad” de los muebles con azulejos
Esta vez, respaldado por Tajimi Custom Tiles, los muebles con azulejos que Max Lamb ha desarrollado están inmersos en el juego de las dimensiones. Para llevarlos a cabo utilizó moldes cerrados, un tratamiento similar al que se usa en el moldeado de plástico. El desenlace oscila alrededor de cuatro muestras que Lamb ha ido integrando en sus obras resultantes: baldosas planas, de esquina, de cuentas redondeadas y de barrido. Cada una de ellas compone los objetos que, según el creador, son “como mini piezas de arquitectura con mosaicos tridimensionales que conectan los diferentes planos”. En esta colección de Max Lamb podemos encontrar bancos, cuencos, un cojín y otros elementos de mayor envergadura.
La instalación virtual también cuenta con los modelos del coreano Kwangho Lee, más cercanos a patrones textiles e igualmente sorprendentes. La curva, el atisbo terroso y el esmalte ambiguo hablan el lenguaje Max Lamb. «Lo que encuentro tan hermoso de trabajar en Japón es que no importa a dónde vayas: cada lugar, cada pueblo, ciudad o prefectura tiene su propia artesanía o industria. Literalmente, podría pasar toda la vida explorando Japón a través del diseño y la fabricación». Habrá que confiar en el entusiasmo del británico por la cultura nipona para ver qué otro material local es capaz de domar a su antojo.