Ópera, arañas y matemática. Fundación Thyssen-Bornemisza Art Contemporary (TBA21) y Museo Thyssen.

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Más-que-humanas es la segunda entrega de toda una serie de exposiciones promovidas por la fundación Thyssen-Bornemisza Art Contemporary (TBA21) junto al Museo Thyssen.

Mezclar en una misma exposición ópera, arañas y matemática parecía algo ambicioso -no mentiré al decir que temía encontrar un denominador común encajado con calzador-. Sin embargo, y sorprendentemente, no ha sido así. Más-que-humanas es la segunda entrega de toda una serie de exposiciones promovidas por la fundación Thyssen-Bornemisza Art Contemporary (TBA21) junto al Museo Thyssen. La muestra sigue el objetivo que Francesca, la segunda hija del barón Hans Heinrich, marcara en 2002 al comenzar el proyecto: fomentar la producción y exposición de artistas contemporáneos con argumento social y medioambiental.

Más-que-humanas. Fundación Thyssen-Bornemisza Art Contemporary (TBA21) y Museo Thyssen. Studio Tomás Saraceno, 2019
Instrumento solitario semisocial híbrido HG 74874 construido por un terceto Cyrtophora Citricola.
© Studio Tomás Saraceno, 2019

Consciente de las conexiones entre naturaleza, cultura, relaciones humanas (y más que humanas), la muestra se sirve del comisariado de Stephanie Hessler para unir la esencia de Dominique Gonzalez-Foerster y Tomás Saraceno. Para estructurar su labor de curadora, Hessler ha creado un eje narrativo con el punto compartido por la artista francesa y el argentino: la aptitud para crear nuevas vías de percibir el entorno y acentuar características del espacio que se les presenta. El hecho de hacerlo a través de la oscuridad hace sentir al espectador como a Colón en las Américas: un explorador que descubre naturalezas nunca vistas antes.

OPERA. Dominique Gonzalez-Foerster. Video installation. Foto: Andrea Rossetti, 2016
OPERA. Dominique Gonzalez-Foerster. Video installation. Foto: Andrea Rossetti, 2016

Al cruzar el umbral de las cortinas opacas, los sonidos se deslizan por el oído más tímidos y despejados que nunca; los ojos, se abren también, alertados por la negritud. Cuerpos que se dejan guiar por luces rojas que bajan al suelo desde la parte superior. Y, de repente, ¡Ópera! Ahí está Dominique caracterizada -hasta lo que un holograma permite- como la soprano Maria Callas, evocándola cual sueño, trayendo el pasado hasta el ahora; igual que si se tratara de un oasis, una aparición a la que uno no se puede acercar, pues de hacerlo, desaparecería.

Más-que-humanas. Fundación Thyssen-Bornemisza Art Contemporary (TBA21) y Museo Thyssen. Studio Tomás Saraceno, 2016
Mapeo Solitario semisocial de HS 1700+6416 por un solo de Nephilia senegalensis.
© Studio Tomás Saraceno, 2016

Las obras de Tomás Saraceno también se presentan como paisajes sonoros, uno tras otro, con la diferencia de que no se ubican en la dimensión del tiempo, sino en la del espacio. Me explicaré mejor: Tomás abre la escala, pone una lupa sobre la tela de araña para señalarnos la compleja estructura de su composición, y así la engrandece, la compara. Para Saraceno, la tela como construcción supera a las arquitecturas hechas por el ser humano; por ello las explora, juega con ellas, amplifica sus vibraciones como si fueran instrumentos musicales hasta hacerlas audibles a los visitantes. Crea conciencia de los sonidos inadvertidos que nos rodean.

¿Cómo atrapar el universo en una telaraña

Querida Francesca, querida Stephanie. Qué momento tan oportuno para cuestionar las posibilidades inexploradas del presente y del futuro a través del arte. Qué poético conseguir, una vez más, hacer visible lo invisible.

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