El significado de lo que representa una casa es un constructo social, varía en función de la cultura. En el norte de Europa, por ejemplo, emplean el ambiente residencial como un punto de encuentro. Tal es la importancia del diseño interior en esta sociedad, que se ha generado un estilo característico promovido por las grandes marcas de mobiliario propias de esta región. Mans Tham ha creado un idílico refugio con una forma exterior sencilla pero un interior cálido de madera.
Racionalidad estructural en una casa de madera
La belleza de esta vivienda se encuentra en la simpleza que, de manera casi imperceptible, se va complejizando con matices que subliman el diseño. La construcción de Mans Tham ha partido de la concepción arquetípica de la cubierta a dos aguas, especialmente eficaz para soportar los duros inviernos evitando que la nieve se acumule sobre el armazón.
Su silueta en A se simplifica en dos planos inclinados, y es que este refugio no necesita más: a los pies de una estación de esquí, se enclava en un paisaje idílico que no requiere de mucho aderezo. El trabajo del estudio sueco destaca por su practicidad estructural de líneas limpias, más creativas y ornamentales en el interior. Esta forma tan rotunda y angulosa en la fachada dialoga análogamente con los picos montañosos próximos, intentando mimetizarse con su entorno, pero sin renunciar a tener una propia identidad.
El diseño interior en la cultura sueca
Existe un indudable abismo en el modo que tenemos de usar el espacio doméstico —principalmente motivado por el clima— que afecta a la interacción social. En el norte de Europa, la vida en la calle es hipogea por la climatología adversa, lo que promueve las reuniones alrededor de una chimenea humeante con una copa de vino. Quizá por eso prefieren adecentar sus hogares e invertir en diseño, para no sufrir el juicio severo de amistades y vecinos —en eso no somos tan diferentes—.
El estilo nórdico ha sido replicado hasta la saciedad por la atmósfera hogareña que transmite. En este proyecto, se consigue gracias a la madera tanto en el interior —inundando todos los rincones— como en el exterior a base de listones. Y es que la flexibilidad y las posibilidades de este material son casi infinitas. Asimismo, aparte de su calidez, aporta un detalle que normalmente no se tiene en cuenta: con el tiempo su acabado se desgastará, adquiriendo una gama más oscura y similar al bosque que circunda la residencia. La paleta de componentes se completa con un alicatado de ladrillos en verde oscuro, que se contrapone a la tonalidad clara de la madera aceitada.
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Se ubica en Edsasdalen, un pueblo cercano a la estación de esquí alpino de Are, Suecia.