Siempre hemos considerado a Cini Boeri la protagonista indiscutible del diseño italiano. Revolucionó el sector del mueble con el sofá modular Strips, que es parte de la historia de Arflex y que hoy sigue siendo un evergreen. Pero también lo hizo en arquitectura, con sus inconfundibles casas vacacionales en Cerdeña.
Laura Colombo es directora de arte de la firma Italiana Arflex
Siempre hemos considerado a Cini Boeri la protagonista indiscutible del diseño italiano. Revolucionó el sector del mueble con el sofá modular Strips, que es parte de la historia de Arflex y que hoy sigue siendo un evergreen. Pero también lo hizo en arquitectura, con sus inconfundibles casas vacacionales en Cerdeña.
Su búsqueda incesante de la funcionalidad, de lo novedoso y lo útil, y su manera de proponer soluciones que mejoraran la vida del usuario la diferenciaron desde sus inicios, lo que le permitió ser la primera mujer en abrir un estudio independiente en los años 60. Cini Boeri tenía una personalidad fuerte y supo afianzarse en este mercado cuando todavía se veía a las mujeres con una mirada “diferente”.
Con el sillón Botolo, Cini Boeri consiguió aportar elegancia a las formas redondeadas y encontrar las proporciones ideales para un asiento confortable. Fue creado en 1973 y con él dio vida a un nuevo estilo. La elección de la altura de las patas permitía disponer de una silla de comedor, de una silla de trabajo o de una silla de aire moderno definida como “vivir a bajo nivel”: una manera de sentarse en el suelo. El desafío de Botolo se encuentra en sus tres patas tubulares, en perfecta armonía con la apariencia acolchada del sillón, que invita a acomodarse, relajarse y moverse con soltura.
En este contexto, hay que decir que desde que se fundó en los años 40, Arflex ha jugado un papel importante en el mundo del diseño por su constante innovación. Cuando, con motivo de la IX Triennale di Milano en 1951, Arflex se presentó al público, se asomó a un entorno de vanguardia extremadamente cultural.
Algo que hay que tener en cuenta cuando viajamos por la historia de la firma, ya que este interés por lo experimental —siempre vinculado a lo comercial—evidenció la voluntad de crear productos de alto nivel tecnológico y estético, sobre la base de una profunda investigación y calidad final.
Volviendo a Cini, ella defendía que “los objetos deben ayudar a vivir el espacio, no a ocuparlo”. Con el confort como punto de partida y gracias a sus formas sinuosas, caprichosas y orgánicas, Botolo aporta comodidad e intimidad. Hoy, como cuando llegó al mercado por primera vez, continúa siendo una pieza que, saliéndose de la caja, mantiene su funcionalidad. Sigue imprimiendo carácter a cualquier ambiente donde se coloque, tanto doméstico como público.
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