El pasado 3 de marzo de 2016 se inauguraba en el Centro de Arte Contemporáneo de Vélez-Málaga, una colectiva formada por las jóvenes creadoras andaluzas María Dávila, Clara Gómez y María Reyes.
Con la premisa inicial de hablar sobre “mujer y arte”, un punto de partida cuanto menos difícil, se esconden otras cuestiones más profundas e inherentemente unidas a la personalidad de cada artista, susceptibles de ser descubiertas a lo largo de un recorrido que ocupa las tres plantas del restaurado colegio de Nuestra Señora de la Presentación.
En cada sala se conjugan y mezclan de manera acertada la diversidad de técnicas, estilos y relatos con los que cada una de las creadoras aborda su propio universo. La tercera planta está dedicada exclusivamente a obra gráfica de las tres artistas.
María Reyes es la artista multidisciplinar de la muestra. Utiliza todo tipo de recursos al servicio del relato que quiere ofrecer en cada propuesta. Instalación, pintura, fotografía, collage, impresión digital, alternancia de materiales y formatos expositivos al servicio de una serie de piezas complejas. En esta artista está tan arraigado el concepto de lo privado, el hogar, la casa, como de lo público, lo colectivo.
En cuanto al “ámbito privado”, éste cobra importancia y se “sacraliza” al estar directamente relacionado con su propia vida, recuerdos familiares y experiencias personales que nos desvela en muchas de las obras . En cuanto al “ámbito público” , las experiencias personales entroncan directamente con las artísticas y es ahí donde todo se fusiona ya que María Reyes siente una especial inquietud por los escenarios abandonados, las arqueologías tempranas formadas por las ruinas contemporáneas. En este encuentro entre las dos esferas, desarrolla su actividad creadora y moldea, escenifica, descubre, inventa y clasifica acontecimientos a través de los indicios descubiertos.
María Dávila nos ofrece una serie de pinturas en blanco y negro donde predominan los planos cortos. Inquietan estas escenas extraídas del cine y protagonizadas por mujeres que expresan con un carácter contenido, todo un universo de emociones y que invitan a que el espectador quiera averiguar más sobre ellas y la relación de estas representaciones o “máscaras” detrás de las cuales podría encontrarse la propia autora, su manera de sentir, de percibir el mundo.
Clara Gómez Campos hace uso del collage y los colores vivos para componer escenas inverosímiles y atrevidas, conformadas por informaciones diatópicas en la mayoría de los casos. Como técnica, utiliza la tempera sobre impresiones láser. En todas las escenas que crea, aparecen mujeres asociadas al ámbito publicitario y la sociedad de consumo. En sus obras se produce una sensación de extrañamiento, provocada quizá por el choque visual de los elementos que inserta (escenas de obras clásicas de la Historia del Arte fusionadas con iconos actuales como “Coca-Cola”).