Hiedra, musgo, geranios, salvia y otras múltiples especies vegetales generan una alfombra verde en las instalaciones de Jil Sander. Su autora, Linda Tegg, recoge plantas de los alrededores de Milán —y de los intersticios de su suelo— para agruparlas y crear un atractivo jardín indoor, como coexistencia entre lo natural y artificial.
Linda Tegg trae estos seres vivos caídos en el descuido a un entorno cerrado, minimalista y bajo la luz futurista de Nic Burnham. La obra respira en armonía en el centro de todas las miradas, manifestando que el verdadero valor de las cosas no se encuentra en su ser, sino en el lugar donde decidimos plantarlas.