El trabajo del estudio chino de interiorismo Atelier Tree está muy enfocado a conceptos tan esenciales como la relación de la arquitectura con el ser humano. En sus proyectos, el estudio plantea lo efímero y lo intangible como un elemento primordial. Y en ese ligero discurso se basa Poppee, una joyería situada en la ciudad china de Chaoyang Qu, donde Atelier Tree ha diseñado una especie de nube metálica que parece flotar en un recipiente de hormigón. De esa nube —estudiadamente geométrica y formada por tubos de acero dorado— penden numerosas cajas acrílicas, en las cuales se exhiben las joyas.
Nos cuentan desde Atelier Tree que la disposición vertical de los expositores está inspirada en un fenómeno natural sorprendente: los rayos crepusculares que, gracias al efecto Tyndall, nos permiten ver partículas en suspensión que en otras condiciones no serían apreciables a la vista. Su reinterpretación ha dado lugar a un dinámico skyline visual —pensado para excitar la mirada del comprador— que reivindica la naturaleza como motor creativo para el diseño.
Además, si hablamos en términos de espacialidad, la idea de los arquitectos era rentabilizar las dimensiones de un establecimiento no especialmente grande, lo que hacía necesario un aprovechamiento tridimensional del local. Por otra parte, al distribuirlo de esa manera se ha creado un recorrido obligado, aunque muy libre para el usuario. Las varillas doradas, junto con las cajas transparentes, guían el movimiento de los visitantes en un entorno retail de fronteras sensualmente borrosas.
La arquitectura de interior no siempre produce estructuras y ambientes limitantes. En ocasiones, deja volar sus capacidades y hace uso de una poética espacial propia de culturas orientales, donde la tradición y las emociones tienden a convertirse en un elemento constructivo. Algo que vemos en Poppee: una sofisticada joyería cuyo concepto pretende sumar impacto sensorial a la experiencia de compra.