Estimular nuestra mente a través del cuerpo. Ese es el objetivo de Swing Seat. La dualidad y paradoja de la obra de Joe Parr la encontramos en el nombre y en su efecto: sentarnos en una especie de silla que no está en reposo, sino en movimiento.
Joe Parr la construye mediante una sencilla estructura metálica de color blanco y un asiento de cuero flexible. El diseñador industrial encuentra la esencia del banco en la interacción de su uso con el medio. ¿Cómo? Logrando que el descanso y el recreo se mezan en la verticalidad y se activen al dejarnos jugar. O lo que es lo mismo, una mezcla de columpio, asiento y mecedora para hacernos disfrutar de una experiencia abierta, en altura y al vaivén del swing.