I Bienal Iberoamericana de Diseño

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El diseño gráfico iberoamericano se sitúa frente al resto del mundo con personalidad propia, y con su singularidad a cuestas atraviesa fronteras. Propuestas lúdicas, riesgo formal y un talento a prueba de obstáculos ganan terreno con tesón y creatividad.

En qué idioma diseñamos? ¿Hay un lenguaje específico en las propuestas de diseño gráfico que se hacen en Iberoamérica? Los trabajos expuestos en Madrid por la I Bienal Iberoamericana de Diseño (BID) aspiran a representar y reafirmar una identidad común en tiempos en los que la globalidad llega a todos los rincones. Pero lo cierto es que la diversidad y la diferencia son, en este caso, un valor y que cada propuesta encierra detrás un mundo propio. Así lo confirman los numerosos proyectos presentados a esta edición. Ninguno se parece a otro; cada uno reinventa un imaginario y todos son, sin duda, el resultado de una cultura y de los usos de un lugar.

Iberoamérica diseña

El diseño gráfico que se hace en América Latina, España y Portugal vive una época de esplendor y madurez porque estos países comienzan a ver y valorar su identidad visual. No nació ayer, pero es un diseño relativamente joven frente al diseño centroeuropeo o estadounidense. “Su juventud es, además de un acicate a su acelerado desarrollo, la mejor garantía del espléndido futuro que todo el mundo le augura”, señala Manuel Estrada, presidente de DIMAD, la Asociación de Diseñadores de Madrid que, junto a la Fundación Banco Santander,  ha logrado reunir todo este efervescente caudal de propuestas en la muestra de la Central de Diseño. “Es una nueva mirada que habla de multiculturalidad y que, a la vez, supera con mucho talento los antiguos modelos formales, las tradiciones del modelo sajón y, sobre todo, las soluciones gráficas al uso”.

En muchos casos, como afirma la diseñadora peruana Marita Quiróz, refiriéndose al diseño de su país, pero perfectamente extrapolable al de otras geografías latinas, “existen dos corrientes claras: la culta y la popular. La primera tiene como modelo los cánones de estética europeos y la segunda, la mezcla de lo andino con lo tropical y lo urbano, dando pie a una estética en donde lo contemporáneo se mezcla con lo folclórico. La popular se apropia de la estética occidental, la modifica y luego le da el uso que quiere. Puede ser barroca, desprejuiciada, fresca, exuberante y explosiva. Esto se manifiesta, por ejemplo, en la fosforescencia de sus colores y en el uso intuitivo de la tipografía. Lo culto y lo popular se retroalimentan en un diálogo que aún no ha terminado”. Un diseño, que más allá de lo vernáculo, es rabiosamente actual y tiene una fuerte capacidad para comunicar y sorprender al más precavido.

La identidad cultural como inspiración

Parte de la excelente y variada producción gráfica que se ha hecho en las últimas décadas, fue recogida en el libro de la editorial Taschen, Latinomaerican Graphic Design, de 550 páginas en inglés, francés y alemán, compilado por Felipe Taborda. Para este creador brasileño, sí hay puntos en común dentro del diseño iberoamericano, como son el humor, la sensualidad o el uso sin pudor del color. “Esa identidad cultural debe ser fortalecida porque es una fuente de inspiración y creatividad”, apunta. “Esta forma de hacer se apoya en la experimentación y nace de la curiosidad, de la frescura en sus formas y de la búsqueda constante de la innovación”.

Gabriel Martínez, una de las cabezas del colectivo español Un mundo feliz, presente en la BID, también cree que “hay una forma de trabajar más libre, menos atada a prejuicios. Llama la atención ese atrevimiento, el sentido lúdico de las propuestas, cómo este diseño está dispuesto a romper con lo establecido por más que haya nacido de la influencia del racionalismo y de una manera más elaborada y corporativa de hacer, que es un campo más trillado”. Formas rotundas, fuerte presencia de la ilustración, mezcla de sencillez y barroquismo, de orden y desorden, pero siempre imágenes muy gráficas… Así es este trazo íbero que golpea en la cabeza y en el corazón. Frente a formalismos, se reivindica el estilo directo, la tipografía a mano, el collage potente y personal.

Innovación más allá del color

Ya sean logos corporativos, carteles, folletos publicitarios, trabajos editoriales o tipografías, la innovación y la estética no son gratuitas sino que nacen pegadas a las propias condiciones de creación, lo que convierte al diseño en comunicación pura, directa, sin adornos. Un diseño que ha nacido en circunstancias sociales y económicas complicadas, lo que no ha impedido que surjan imágenes con una voz poderosa y expresiva. No se trata de ser colorista o divertido, sino de imprimir carácter. Y esa tendencia a la fuerza, a la brutalidad de intenciones, forma parte del diseño iberoamericano. Dentro de su amplio abanico, hay países que favorecen un fuerte desarrollo de la gráfica en el mercado local, por sus propias demandas y por su tradición formativa, como México, Argentina. Brasil, Chile, Colombia o Venezuela, incluso España y Portugal. Un diseño que tiene la virtud de adelantarse y de intervenir la realidad de manera arriesgada, destacándose por su capacidad de reinventarse todo el tiempo. Las suyas son obras que comunican acertadamente ideas individuales y colectivas.

El diseño iberoamericano se ha profesionalizado y se ha hecho competitivo pudiendo confrontar su importancia con el mundo. Como dice la brasileña Ruth Klotzel: “el diseño tiene la capacidad de participar de esa experiencia singular de vivir, construyendo situaciones y objetos que sorprenden, emocionan y funcionan, y que son patrimonio inmaterial de un pueblo”.
Pero más allá de teorías y de interpretaciones, bienvenido el ingenio y el poder del diseño gráfico para levantarse como arma, como campo de batalla, poniendo la creatividad como bandera. Así que, por favor, pasen y vean.

www.bid-dimad.org

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