Diseñada por los arquitectos Iván Bravo y Martín Rojas, Humo House es una vivienda vacacional desafía las expectativas arquitectónicas tradicionales. Y es que, a pesar de su austera fachada, en interior se respira una atmósfera poética caracterizada por la luminosidad.
Una casa de madera cruda
La orilla del lago Ranco (Chile) tamiza los rayos del sol con la bruma que sube por las mañanas desde el agua. Este juego climático produce una textura tan única en el ambiente que se hace necesario atraparla y guardarla en algún sitio. El estudio de Iván Bravo —en colaboración con el arquitecto Martín Rojas— encontró una excusa para recolectar este efecto en el encargo de la vivienda vacacional Humo House: una construcción pensada para almacenar la luz
El edificio nos recibe de espaldas, con dos fachadas prácticamente ciegas que le hacen parecer un granero abandonado donde, como mucho, podría celebrarse una buena rave. En un primer vistazo, cuesta imaginar que sea un lugar ideado para disfrutar del entorno. La altura se hace imponente, la figura resulta de cortar en diagonal un cubo de 11 metros de lado, y todo lo que se nos muestra es un cerramiento de madera cruda —tanto para el tejado como para las fachadas— que esconde el secreto hasta que entramos.
Humo House: el espacio de la luz
Dentro, el interior no decepciona. La verticalidad de la estancia principal es tan pronunciada como se nos prometía desde fuera y los acabados se tratan con la misma severidad. La casa —concebida para una pareja— resuelve las áreas de los propietarios en la planta baja y deja los niveles superiores para albergar las habitaciones de los invitados. En este escenario monocromo, la luminosidad desciende a través de huecos situados a varias alturas y queda atrapada en el vacío hasta que cae la noche. El planteamiento, la geometría y el trato que se le da a los materiales juegan en favor de la misma idea: situar la atmósfera poética del paisaje en el centro del proyecto.
Humo House intenta engañarnos con la aparente simplicidad de su diseño. Combina la crudeza de los revestimientos con la monumentalidad del espacio; la sencillez en la distribución con recorridos impensables; y la sobriedad de una imagen agrícola con el derroche de una vivienda únicamente destinada para impresionar. Como si más allá de una propuesta residencial, en realidad fuera el silo de la luz.
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