Entrevista a los Hermanos Campana

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Los hermanos Campana, referentes del diseño contemporáneo, contestaron a ROOM a su paso por Madrid. De trato amable, nos revelaron su particular visión del diseño: un trabajo vibrante, sencillo y humano porque para ellos los objetos son ante todo portadores de emociones.

Los hermanos Campana son Humberto y Fernando, un tándem que se formó a mediados de los años ochenta con un objetivo: diseñar. Aunque Humberto estudió derecho y Fernando, arquitectura, la misma pasión por los objetos los unió definitivamente. Partiendo del sinfín de realidades sociales y culturales de su país, Brasil, los Campana hacen un trabajo de autor: objetos llenos de lirismo y conciencia ecológica, que van evolucionando siguiendo la vida de sus usuarios. Los encontramos en Madrid donde acudieron a recoger el Premio AD de Diseño.

ROOM.- Empezasteis el año recibiendo el Premio al Mejor Diseñador del año 2008 en la feria Miami Design y ahora recogéis otro galardón entregado por la revista AD, también al mejor diseñador. ¿Cómo lleváis estos galardones?
Humberto Campana.- Los premios son buenos y suponen un reconocimiento a nuestro trabajo, pero no lo son todo. Recibir un premio es tener una responsabilidad de calidad, de búsqueda y de investigación más profunda.
Fernando Campana.- Es curioso, en 1997, estuvimos en el MOMA. Fue nuestra primera exposición fuera de Brasil. Nos decían: “A ver ahora qué hacéis si ya lo tenéis todo; vuestra vida ya está solucionada.” Sin embargo, hemos tenido que trabajar mucho para conseguir éste y otros premios. Mediante las invitaciones de un museo, hacemos propuestas más abiertas no enfocadas al consumo y es un estímulo para nuevas ideas. Las ferias y las exposiciones son oportunidades para crear nuevos conceptos.

Silla Favela. Hermanos Campana

ROOM.- En esta avalancha de diseño con la que vivimos, ¿cuál es el signo de calidad de un buen trabajo hoy día?
H.C.- Aportar emoción, recordar elementos de nuestra infancia. Porque un mueble hoy va más allá de una función y de una forma, trae emociones, cuenta una historia: la de un país. El diseño es el retrato de una cultura. Los muebles son como personajes que colocamos en la vida de la gente. Los muebles son elementos que viven y conviven con las personas. Es importante crear ese diálogo entre el usuario y el mueble.
F.C- Obviamente la función es necesaria, pero hoy en día es importante también aportar emoción y rescatar valores antiguos. Existen técnicas artesanales antiguas que están muriendo. Tenemos que recuperarlas porque eso también es ecología, recuperar sociedades más débiles, comunidades frágiles como las que tenemos en Brasil.
H.C.- Hay que crear un high tech hand made (alta tecnología hecha a mano). Es una frase de Massimo Morozzi, director de Edra, que nos gusta mucho.

Sushi. Fernando and Humberto Campana. 2002
Silla Sushi. Edra. 2002

Silla Sushi. Edra. 2002
Silla Sushi. Edra. 2002

ROOM.- Os esperan siempre en las ferias de Milán y de Miami. ¿Qué estáis preparando para esta edición de Milán?
H.C.- Tenemos un sofá, un espejo y un armario abierto que es como una caja de Pandora. Está hecho de un material un poco perverso. Es una curiosidad. El espejo refleja fragmentos de imágenes.
F.C.- Nuestro trabajo tiene mucho de construcción a través de la fragmentación. Todos los elementos de nuestro diseño son fragmentos que se unen creando un todo.
H.C.- De todas formas, la preparación para estas ferias nunca es técnica, es emocional.

ROOM.- Trabajáis muy de cerca con el productor. ¿En qué medida influye en vuestro trabajo?
H.C.- Establecemos relaciones con pocas empresas porque son pocas las que pueden representar bien nuestro lenguaje. Una de ellas es Edra, que fabrica nuestro mobiliario en Italia.
F.C.- Por otro lado, tenemos nuestro estudio en Brasil, donde podemos crear sin ningún límite. Por eso es bueno vivir allí: disponemos de un espacio y de una gran libertad conceptual. Obviamente hay que pagar facturas, salarios etc. Pero Brasil nos da libertad de pensamiento y la posibilidad de crear las cosas con un volumen mayor y con una mano de obra que no es cara. Las personas con las que trabajamos son pacientes y tolerantes y eso nos da posibilidades infinitas para reinventar incluso la vida. En nuestro estudio trabajan artesanos que recrean técnicas e inventan otras. Decimos que nuestro estudio es un laboratorio de investigación, una pequeña escuela de artesanía, de discusión sobre lo que es el diseño hoy.

Silla Banquete. 2002. Foto: Luis Calazans
Silla Banquete. 2002. Foto: Luis Calazans

Reciclaje cultural

Brasil es la fuente de inspiración de los Campana. Los dos hermanos tejen un entramado de referencias que van desde la cultura del reciclaje a la historia natural del Amazonas. Además de las emociones que les inspiran ciudades como Sao Paulo o Río de Janeiro, todo lo que nace en Brasil es susceptible de ser utilizado en su diseño.

ROOM.- Sao Paulo y Brasil han influido mucho en vuestras manifestaciones creativas.
H.C.- Sao Paulo tiene mucha energía, pero es una ciudad difícil y no es tan bonita como Madrid, Buenos Aires, o Río de Janeiro. No se ofrece fácilmente. Tiene un código propio, pero una vez que lo descifras, todo resulta más fácil. Este código te obliga a ver lo que nadie ve, a ver cosas hermosas.

ROOM.- Sobre vuestro diseño se ha dicho que es feliz, colorido, poético e irónico. ¿Os identificáis con alguno de estos adjetivos?
F.C.- Con todos. Pienso que reflejan lo que es Brasil porque allí hay ingenuidad, ironía. Brasil es naïf e irónico al mismo tiempo. Tiene toda esa mezcla de razas. Los problemas en Brasil son de orden económico. El resto, las razas, las religiones, el pensamiento o la sexualidad no son temas de conflicto. En nuestro trabajo está la fealdad de Sao Paulo, la belleza de Río de Janeiro y la exhuberancia del Amazonas. En realidad, lo que hacemos es acercarnos a las subculturas dentro de nuestra cultura.
H.C.- Por ejemplo, hemos trabajado con elementos de los pantanos, como el jacaré o el caimán; observamos cómo se portan en la naturaleza, cómo se enroscan entre ellos. Y con eso creamos un sistema de sofás.

ROOM.- Cambiemos de tema. Respecto a los materiales, ¿con qué estáis experimentando ahora? ¿Hay algún material del futuro?
F.C.- Con las fibras naturales. Hicimos un trabajo llamado Transplastic para la Albion Gallery de Londres. Y usamos una liana del Amazonas que crece y ahoga al árbol. Y para que no la ahogue hay que retirarla, lo que implica un proceso sostenible. No estás destruyendo el árbol, no estás destruyendo esa liana, y además con ella se puede trabajar como con el junco o el ratán. Yo creo que es el material del futuro porque es muy resistente, confortable, tiene una apariencia cálida, y es un reciclaje de la basura. Hay que hacer que la basura vuelva a ser bonita, procesándola de nuevo, mezclándola con otros materiales. Reaprovechar cosas ya existentes desde una nueva estética, con una segunda vida.

Silla TransRock. TransPlastic Collection. 2006/2007 Foto: Fernando Laszlo
Silla TransRock. TransPlastic Collection. 2006/2007 Foto: Fernando Laszlo

El futuro del diseño: humanidad y ecología

Cuando les preguntamos por la delgada línea entre diseño y arte, Fernando y Humberto responden lo mismo con argumentos distintos: para ellos esta separación ya no tiene sentido en el siglo XXI y prefieren pensar en la exposición que les ha dedicado el Museo de Diseño de Vitra. Anti-bodies es una muestra de cien piezas que se inaugurará en Art-Basel en junio y seguirá viajando durante cinco años más. La exposición, que veremos en Madrid, incluirá también objetos personales que muestran los inicios de cada uno de los hermanos.

ROOM.- Vosotros que no habéis pasado por escuelas de diseño, ¿cómo veis la enseñanza actual de esta disciplina?
F.C.- Vemos que la formación está muy orientada al racionalismo. En Brasil, todas las escuelas fuerzan a los alumnos a proyectar electrodomésticos, coches…Pero a nosotros nos interesa más en qué material se haría un nuevo coche. ¿De caucho, de paja? Nos preocupa más pensar en educación ambiental. Por el contrario, las escuelas europeas, al menos la de Eindhoven o la Politécnica de Milán, están investigando sobre los materiales.
H.C.- Hay que pensar el mundo actual en todos los sentidos: la ecología, la implicación de las comunidades sociales, aliar la artesanía con el futuro. Pensar y crear es muy fácil, pero hay que adaptar eso a la nueva realidad.

ROOM.- Sofás y sillas son objetos recurrentes en vuestro diseño.
H.C.- Es porque están en contacto con el cuerpo. Una lámpara mantiene contacto con los ojos, es más poética. Pero las sillas, o los asientos en general, son para el cuerpo, y dan una respuesta inmediata. Rápidamente sabemos si son buenos o no.
F.C.- La silla siempre existió, pero cada vez que ideamos una, hay que volver a pensar cómo sentarse. ¿Qué hay de emoción en ella? ¿O qué recuerdos de mi infancia me provoca?.

En un mundo con tantos egos como el del diseño, parece increíble que los hermanos Campana quieran montar grupos de reflexión y trabajo con estudiantes, como el que han creado para remozar a su manera un hotel en Atenas para la cadena Yes. Una forma discreta de potenciar la creación con un pensamiento colectivo y reutilizando el material existente: por ejemplo, no comprarán sillas para el hotel sino que rescatarán todos los asientos existentes y crearán nuevas propuestas.

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