Más de 40 años de trabajo avalan la experiencia de Grupo Ramón García; una compañía familiar que aúna la tradición carpintera con la fabricación y la logística de vanguardia. Hemos conversado con David García, responsable del área de diseño de la empresa, para que nos cuente acerca de esta pasión tan especial por la madera.
Un legado en el tiempo
Ramón García Francos viajó desde el corazón rural de Galicia hasta París para aprender su oficio de carpintero. Casi medio siglo después, ha conseguido que su legado, Grupo Ramón García, cuente con alrededor de 300 trabajadores en nómina entre España, Estados Unidos y México. ¿La clave de su éxito? “Dejar el alma” sobre cada tablero que fabrican. Y junto a ello, una acertada visión de negocio que abarca el sector del diseño, desde el interiorismo hasta la elaboración de mobiliario. Todo ello en continua reivindicación de su material predilecto: la madera.
La carpintería de obra hereda esa tradición familiar que el propio padre de la empresa, Ramón García, transmitió a sus trabajadores. Por ello modernidad e historia se dan la mano mediante una maquinaria y unas instalaciones de última generación. El trabajo ebanista es el pilar fundamental de la compañía; una seña de identidad cuya calidad nunca falta. En su valor técnico y estético, la madera aporta calor visual, dotando a los ambientes de sensaciones variadas. “Es ciertamente el primer material en el que pienso cuando afronto un nuevo proyecto de diseño”, nos confiesa David García.
Actividad en múltiples campos
El sello gallego centra su labor en propuestas contract, donde destacan, ante todo, espacios de carácter corporativo, pero también acoge otras áreas como la iluminación o las cocinas. De la concepción a la ejecución final, Grupo Ramón García abraza todas las fases del proceso para cubrir de manera total las exigencias de sus clientes. Clientes que provienen “desde puntos diferentes” como el retail, el terreno hotelero o el mercado de lujo. Y a los que se prestan servicios que van desde el diseño al transporte e instalación, en una búsqueda de soluciones útiles y duraderas.
Su ejercicio se caracteriza por ser integral y personalizado. Para ello la escucha es real, tanto de necesidades como de expectativas. Ejemplo de ello son las sucursales BBVA Blue Branch; planteamientos de iluminación como la singular Capilla Pazo a Toxeiriña; de restauración como los restaurantes Mr. Chu o Mahalo Poké, o del sector hotelero, que pasa por Miami en The Ritz-Carlton Residences, o por el Parador Costa da Morte de Galicia. De este último, David García nos explica que “buscaba camuflarse y respetar el fantástico enclave en el que se encuentra, un lugar de mar duro y naturaleza adaptada (…) un cuadro que había que integrar por medio de la recepción, las zonas comunes y las habitaciones del parador, cada una contando su relato”.
Otra referencia de calado internacional, esta vez en el ámbito del diseño industrial, es su mobiliario Avena en colaboración con el Estudio Hermanos Campana, considerados como los diseñadores latinoamericanos de mayor renombre en esta disciplina. En él la madera se presenta con destreza e ingenio ante la mente creadora de los icónicos brasileños. En este sentido, también Grupo Ramón García cuenta con muebles propios como sus originales percheros, donde demuestran que no solo se limitan a la mera realización de ideas ajenas.
Grupo Ramón García. Un ADN de madera
“Pasión, amor y esencia”. Este es el ADN y el significado de la madera que da sentido a todas las acciones que llevan a cabo en el Grupo Ramón García. Un pequeño estudio que ha evolucionado a una empresa de reconocimiento internacional y de crecimiento exponencial. A través de “cientos de proyectos, de días y noches sin dormir, una tarea que desde su origen viene de la mano de Ramón García y su familia, ejemplo a seguir de dedicación y esfuerzo”, asegura David García.
Ramón García regresó a Galicia en 1976, a su vieja casa, cuando tiempo después decidió montar un taller en Lugar do Campo, junto a su mujer María. El reto actual es no perder la esencia ante el creciente volumen de trabajo de ese germen empresarial que el patriarca plantó. Es decir: no abandonar nunca el buen hacer de las cosas.
Ramón García apuesta desde hace años por la sostenibilidad a través de la certificación de sus maderas, controlando y solicitando materias primas provenientes de plantaciones certificadas, o del cuidado forestal, “para lo cual tenemos diferentes certificaciones que nos permiten exportar e instalar productos en cualquier parte del mundo (huella de carbono, PEFC, FSC…)” explican desde la compañía.
Conciliar artesanía e industria es uno de los méritos de la compañía. Plantear elementos con artesanos locales que ayuden a mejorar el trabajo final es uno de los medios que emplean para ello. Algunas veces estos elementos son de los propios artesanos (que trabajan la cestería, el barro, el metal o el cuero) y otras veces se desarrollan desde Ramón García basándose en ese tipo de artesanía para crear muebles auxiliares, panelados o iluminación, entre otros.