Desde las pirámides egipcias hasta la torre Burj Khalifa (828 m) en Dubai, el ser humano siempre ha buscado dominar el horizonte desde las alturas. En esta carrera imparable por una verticalidad cada vez más extrema, las pasarelas con suelo de cristal sobre paisajes increíbles se han convertido en tendencia. Hace escasamente cuatro años, se abría al público Skywalk Mirador: una plataforma de vidrio que ofrece la posibilidad de sentir la inmensidad del Cañón del Colorado a 1.300 metros de altura. En esta misma línea, hay que hablar también de la pasarela en la montaña de Tianmen: 30 metros de suelo vítreo y 1.400 de caída libre. Aunque si no queremos ir tan lejos, podemos enfrentarnos al vacío visitando la terraza en el hotel Puerta América de Madrid.
Este amor por la arquitectura funambulista cuenta desde hace unos meses con una nueva propuesta: el Glacier Skywalk. Abierto al público en el corazón de las Montañas Rocosas canadienses, sigue el mismo esquema que la estructura del Cañón del Colorado: un voladizo curvo con suelo transparente que se adentra 30 metros sobre el Parque Nacional de Jasper. Sturgess Architecture han sido los encargados del proyecto, que incluye un área de parking y varias instalaciones adyacentes. Para llevarlo todo a cabo, solo han contado con madera, cristal y acero corten: nada de pinturas y acabados tóxicos que puedan contaminar el medio. “Queríamos dar a la gente, afirma Jeremy Sturgess, la oportunidad de salir del coche, y experimentar este maravilloso entorno. De conectarse con él de una forma esencial, visceral e íntima. Por eso, el diseño del conjunto debía ser básicamente una extensión orgánica del paisaje”.