En plena naturaleza, y llegando al aeropuerto de Tiflis (Georgia), Giorgi Khmaladze Architects construye en 17 000 m² un templo del café. En ese mismo espacio, se unen una planta de producción de café, oficinas, área de exposiciones y zona de degustación.
Trayectos con sorpresa de Giorgi Khmaladze Architects
En el trayecto de camino al aeropuerto de Tiflis irrumpe en la carretera una fábrica de café. Tiene forma de “L”, no se registran ventanas aparentes y además su alzado se constituye como si de los pliegues de un acordeón se tratase.
Su techo se funde con el resto del entorno, ya que guarda la misma flora que los alrededores del edificio. Conseguir un equilibrio entre arquitectura, diseño y naturaleza es posible, y el joven georgiano Giorgi Khmaladze nos lo recuerda una vez más.
Ejemplos como la sede desarrollada por Enzo Eusebi+Partners en Preci, Italia, o la de BDP Studio en Reino Unido, integran también este razonamiento que tiene cada vez más éxito entre diseñadores y arquitectos.
El exterior de la fábrica de café
La curiosidad que produce la obra desde fuera se resuelve con un vistazo al interior. El juego de alturas, plataformas y división de ambientes encaja a la perfección, como las fichas de un puzle. Todos estos recursos, hechos de hormigón, crean una configuración libre y diáfana, consiguiendo un espacio sin obstáculos y lleno de luz, con cristaleras ubicadas dentro de la “L” que abren paso a la claridad.
Además, dos grandes aberturas y casi 200 ventanas, pequeñas y cuadradas— repartidas de manera homogénea por los 3680 m² de techo—, añaden un extra de iluminación a las estancias y otorgan interesantes movimientos de luces y sombras.
Detalles significativos
Con cierto aire japonés, el lugar guarda escaso mobiliario. Podríamos dividir incluso en tres grandes grupos los detalles que defienden el interior de la construcción. Por un lado, la vegetación—reunida en plantas y césped—repartida por el suelo y el patio interno. Por otro, las luminarias, igual de protagonistas y similares a las del techo del TEA (Tenerife Espacio de las Artes). Por último, columpios, mesas, sillas y asientos que se distribuyen estudiadamente por todo el entorno.
Cabe destacar que, en este último grupo, es realmente llamativa la elección de ciertas piezas. Algunas rompen la consonancia establecida aportando un toque disruptivo y de humor al discurso imperante, como la Horse Lamp o la Pig Table, diseñadas por Front Design para la holandesa Moooi.
El hoy de las fábricas
Pausar el paisaje con edificios e integrarlos es todo un reto. El escenario natural está erosionado por grandes empresas que olvidan dónde van a ser instaladas: tienen en mente su objetivo, el porqué, pero han descuidado el cómo.
La construcción de una fábrica sin pensar demasiado en su forma no va en consonancia con un proyecto del siglo XXI, y menos todavía si está emplazado en un ambiente de naturaleza. Por eso, como afirma Khmaladze, “para dar con la respuesta correcta hay que hacerse las preguntas adecuadas”.