Vista desde la distancia, la Maison W de Christophe Benichou y Virgile Ponsoye se diluye en el paisaje del que forma parte a la manera de una cueva. La idea de una construcción plenamente fusionada con el entorno natural es una de las bases de este proyecto, que se encuentra en el Pic de Charance —en los Hautes Alpes franceses—, una zona de alta montaña que, pese a las habituales nevadas, disfruta de un clima soleado y benigno.
La propuesta de Benichou y Ponsoye sintetiza la dualidad entre esos dos aspectos climáticos y la ubicación: entre una zona urbana y la naturaleza. Vuelve la vista hacia las concepciones planteadas por la arquitectura moderna, y repasa sus lecciones sobre las relaciones entre interior y exterior y sobre cómo la casa debe constituir un ámbito de bienestar para su habitante. Recurre, asimismo, a sus materiales fundamentales: el hormigón y el cristal.
La vivienda, cuyo volumen es un largo paralelepípedo —otra referencia moderna—, busca establecer principalmente un vínculo íntimo con la topografía. Por esa razón, los arquitectos han optado por enterrar su acceso y parte de su planta principal y crear una enorme cubierta verde, como una prolongación de los prados circundantes.
El rasgo característico de la Maison W es su fachada acristalada sinuosa, cuya forma alude a los pliegues geológicos de las montañas y hace de ella un enorme balcón encarado al valle.
Así, la inserción de parte de la residencia en el interior del terreno imbuye al espacio doméstico de un carácter protector —como si fuese un hueco donde la naturaleza ofrece refugio—, mientras que ese frontal visualmente abierto al paisaje sitúa al habitante ante la belleza de este. Se transita de la penumbra intramuros al fulgor de la luz: “Del vientre de la montaña a la vista panorámica del valle”, afirman los arquitectos.
La ondulación delantera se ve reflejada en las que dibuja la propia planta, cuyas paredes se doblan y desdoblan en un movimiento que otorga ritmo al espacio infundiéndole a la vez una “suavidad amniótica”. Además, esa sinuosidad confiere a las diferentes estancias un carácter más amable y acogedor que el que generaría una portada de cristal plano.
Jugando conceptos como contraste, discreción, imitación o abstracción, Benichou y Ponsoye han procurado en todo momento que sea el entorno de Pic de Charance el que resuene en este proyecto.
Visita la wed de Christophe Benichou y Virgile Ponsoye