Por lo general cuando vamos al cine, nos decidimos en primer lugar por la película. Y después nos decantamos por la sala que mejores prestaciones tenga en función a lo que vayamos a ver. Pues bien, esa regla aquí no nos vale.
La sala de cine creada por el estudio de arquitectura One Plus Partnership es en sí misma todo un espectáculo. Uno no sabe muy bien si está un remake de Alicia en el país de las maravillas y caminamos entre formas ilusorias y rincones extravagantes; o si formamos parte de la película Regreso al futuro y nos hemos tele transportado a décadas posteriores con arquitecturas imposibles. Sea como sea, este cine bien merece pagar entrada solamente por el placer de darse un paseo por este interiorismo futurista
.
Unas 6.000 cajas con paneles acústicos gris inclinadas y montadas en diferentes ángulos crean un ambiente visual con un carácter marcadamente agresivo. Cientos de formas geométricas que se cruzan y que obligan a un cambio de rumbo de la propia pieza, hacen de anfitrionas en un espacio en el que la oscuridad y la luz son antagónicamente protagonistas.
«Queríamos crear un universo de ciencia-ficción, donde los visitantes pudieran venir y estar dentro del mundo del cine y no sólo verlo», dice Virginia Lung Wai Ki, directora de One Plus Partnership. Un guiño al deconstructivismo de tintes futuristas y matices escultóricos del que el estudio hace gala en muchos de sus proyectos.
