La última edición de Barcelona Design Week nos descubrió una intervención efímera que nació de la estrecha colaboración entre alumnos y profesionales, generando un conjunto inclusivo y sostenible para la icónica marca Formica.
La reinvención del espacio en Barcelona Design Week
Futuros talentos —como lo son los alumnos de la Facultad de Diseño e Ingeniería de Barcelona (Elisava) y los de la Rhode Island School of Design (RISD)— juntaron sus esfuerzos con los de aquellos que ya se desenvuelven en el ámbito profesional, como los diseñadores del estudio müsing-sellés. Y todo para operar bajo una misma premisa: construir un nuevo sentido común del espacio. Enmarcado dentro de la iniciativa New European Bauhaus, este proyecto pretende concebir un lugar que se caracterice por la inclusividad y la sostenibilidad, al tiempo que enriquezca la vida de las personas.
El resultado fue Espai Formica Group, a place to belong: un cuestionamiento de la capacidad de los ambientes colectivos —tanto públicos como privados— para adaptarse a una sociedad cambiante y heterogénea. ¿Son estos lo suficientemente sugerentes o abiertos para acoger las fugacidades actuales? Con esta búsqueda, la labor del equipo intenta reactivar el entorno ya existente. ¿Cómo? Mediante una concepción inteligente y reflexiva de la arquitectura, apoyada en una marca tan emblemática como Formica.
Espai Formica Group: la arquitectura como comunicación
Este planteamiento nació íntegramente con laminados de alta presión de la firma, que regaló versatilidad a la arquitectura polivalente. A través de la combinación de laminados metálicos con distintos niveles de reflectividad —de la gama Homapal Metals— y un llamativo color sólido —el F2962 Clementine de la gama Formica Laminate Collection— se originó un área llena de matices y contrastes que comunicaba ese nuevo sentimiento de pertenencia colectiva. Esta presentación se llevó a cabo en una de las naves del complejo de la Nau Bostik, en Barcelona, un sitio descapitalizado que ampara a todos por igual, sin jerarquías.
Esta reactivación arquitectónica se realizó por medio de una secuencia de salas en las que se priorizaba la convivencia. La zona principal invitaba a la reunión: el gran banco circular ofrecía oportunidades para el debate, la exposición e, incluso, el descanso. Situado en el centro del recinto, cada parte de este banco es móvil, con el fin de desarrollar una atmósfera dinámica y fluida. Además, este asiento toca los dos habitáculos interiores, estableciendo una interesante conexión física entre todos los rincones de la intervención. Las estancias incluyen mesas y bancos para que la gente se reúna, converse y conozca mejor los productos de Formica Group.
Por otro lado, la propuesta se apoya en numerosos estudios para potenciar la sostenibilidad. Desde los componentes del propio material —papel y resina procedentes de bosques de crecimiento 100% sostenible— hasta el ensamblaje de la estructura, diseñada con paneles que aprovechan el tamaño completo de la hoja del laminado para no desperdiciar elementos. Espai Formica Group transmite y convence una experiencia probada: la arquitectura puede ser una herramienta que construya comunidad. Una comunidad abierta e inclusiva, a la par que respetuosa, no solo con la sociedad, sino con el entorno que la rodea.
En este enlace puedes ver otros proyectos relacionados con Formica.
Formica Group es una marca reconocida por la invención de laminados de alta presión en 1913. Pionera por definición, representa la referencia fundamental de los laminados, aparte de dominar el color y los materiales, cuyo resultado genera uno de los mejores acabados y superficies en el sector. En esta ocasión el empleo de sus laminados ha sido clase para desarrollar una atmósfera que recogiese ese concepto de acogida y convivencia espacial.
müsing-sellés es el estudio profesional que lidera el proyecto y coordina a los estudiantes de dos entidades académicas que han participado en la iniciativa. El equipo de müsing-sellés está compuesto por el arquitecto español Álvaro Gómez-Sellés y la diseñadora canadiense Marisa Müsing. Su trabajo se centra en la relación tangible entre forma y función en los objetos, jugando con acabados de materiales únicos y formas simplificadas.