Charles y Ray Eames. El diseño como herramienta de vida

Divertidos y sumamente creativos, el matrimonio Eames llevó la modernidad y el buen gusto a hogares y oficinas de todo el mundo. Fomentando un estándar de vida confortable e informal, sus trabajos interpretaron la América de mediados del siglo XX y compatibilizaron el diseño elegante con la producción en serie. La editorial Gestalten ha publicado recientemente dos volúmenes que recogen toda su producción. Un pretexto para acercarnos a estos pioneros del organicismo y la fibra de vidrio.

Charles y Ray Eames
Charles y Ray Eames

1.- Llego tarde pero todo el estrés por las prisas se evapora cuando entro en casa de los Eames. Veo las hojas de los eucaliptos moviéndose tras los grandes cristales de las ventanas. Me relajo ante el cálido recibimiento de Ray ofreciéndome un té y la amplia y seductora sonrisa de Charles, tan carismático, que desde lejos levanta la mano mientras habla con alguno de sus colaboradores en su estudio… ¡Comentamos su aparición en la NBC en donde presentaron su Lounge Chair!
Fundido en negro

Eames Aluminium Group. Charles y Ray Eames
Eames Aluminium Group. Charles y Ray Eames

2.- Ahora es Don Draper quien tras la cortina de humo, sentado en su silla ejecutiva Time-Life, me mira a los ojos haciendo que mis piernas tiemblen. Él no me sonríe sino que me amonesta: quiere que reescriba mi texto nuevamente… Voy a casa y lloro en mi sofá Compact arrugando mi vestidito de flores de Dorothy Jenkins.

Los Eames en los Estados Unidos. Años 50

¡Ah!, qué viaje ensoñado a esta Norteamérica de mitad del siglo XX, tiempo de crisis pero de crecimiento, de desafíos y de confianza, de causas comunes y de aprendizaje. Es en ese contexto de “el futuro es posible” y “el progreso está ahí” donde Charles (1907-1978) y Ray (1912-1988) Eames asumieron su brillante papel de exitosa pareja personal y profesional que duraría casi cuarenta años convirtiéndose en un modelo de saber pensar, saber hacer y, sobre todo, saber vivir.

Molded Plastic Side Chair. Charles y Ray Eames
Molded Plastic Side Chair. Charles y Ray Eames

Él como arquitecto y diseñador, y ella como artista y diseñadora, lograron potenciar sus intereses y su curiosidad con el fin de crear objetos para un mundo mejor y accesible a todos (o al menos, a unos cuantos). Casas, sillas, sofás, muebles modulares, placas para el fuselaje de los aviones, juguetes, fotografías, películas o espacios expositivos componen un catálogo diverso y versátil que combinaba su afición por el arte, la ciencia, la historia, el medioambiente y por supuesto, el diseño y la arquitectura.

Wire Chair. Charles y Ray Eames
Wire Chair. Charles y Ray Eames
Molded Plywood. Charles y Ray Eames
Molded Plywood. Charles y Ray Eames

Hoy, convertidos en iconos de la modernidad, son considerados unos de los más importantes diseñadores del siglo XX. Pero por encima de ese merecido pedestal representan, en tiempos difíciles como los que nos tocan, un ejemplo de cómo debe hacerse el trabajo a conciencia, de la necesidad de la experimentación y del tamiz del rigor que también exige la creatividad. “Los detalles no son detalles”, decía Charles Eames, “son lo que define el producto”.

Lounge Chair & Ottoman. Charles y Ray Eames
Lounge Chair & Ottoman. Charles y Ray Eames

Ellos mismos convirtieron todo su periplo vital en una autobiografía viva, fotografiando cada detalle de su día a día, el ambiente en el que se movían, sus proyectos. “En todas sus fotografías los vemos viviendo la vida: la vida como generadora de formas y ellos viviendo una vida que genera formas a su vez”, nos dice el arquitecto y diseñador Pedro Feduchi. “Los Eames son actuales porque sus propuestas formales siguen vigentes. Muchas veces el pensamiento y las teorías quedan caducos, pero las formas en sí mismas son mucho más avanzadas, aguantan mejor el paso del tiempo y se hacen independientes de los autores”.

1944 Lounge Chair. Charles y Ray Eames
1944 Lounge Chair. Charles y Ray Eames
Chaise Lounge. Charles y Ray Eames
Chaise Lounge. Charles y Ray Eames

Más allá de la inspiración, creían en el trabajo: ensayo y error formaban parte de su rutina, y de esa dialéctica nacía el placer y la recompensa de un buen hallazgo. A la labor de investigación y búsqueda sumaron una gran energía vital y una perpetua atmósfera lúdica que era motor para su estudio, para su equipo de trabajo y para su propia existencia. Asombra su capacidad de innovar y de generar un aluvión inagotable de ideas que todavía nos siguen fascinando. La figura del arquitecto y del diseñador está hoy día lejos de esta versatilidad pluridisciplinar. “Los Eames también son grandes referentes porque utilizan el diseño de manera amplia inaugurando un nuevo concepto de profesión”, subraya al respecto Feduchi. “Hoy los diseñadores no abarcan tantas áreas como ellos, que vivían volcados en el mundo de la creatividad aplicada al concepto de funcionalidad y sus usos”. De algún modo también fueron precursores de lo que hoy llamamos diseño de autor: “en su época no existía ese personalismo que hay hoy, sino que todo se hacía de manera mucho más anónima, sin embargo, ellos tuvieron una actitud distinta que es la que ahora se impone: potenciar la marca del fabricante y la del diseñador”, agrega el arquitecto madrileño.

Charles y Ray Eames
Charles y Ray Eames

Cuando Ray encontró a Charles o viceversa

Charles trabajaba en la Cranbrook Academy of Art de Michigan y Ray estudiaba en el mismo centro dedicada al dibujo, el diseño y la escultura. Se conocieron preparando una exposición en 1940, se casaron al año siguiente y se fueron a vivir a Los Ángeles. Pero nada de colorín colorado: el cuento sólo acababa de empezar dando pie a una historia de complicidades digna de envidia. En una época en que las mujeres luchaban por tener su lugar en un mundo de hombres (una vez más viajo mentalmente a las oficinas de la Sterling Cooper), que la veinteañera Ray consiguiera un rol activo en el estudio del gran Charles, fue todo un logro.

Molded Shell Chair. Charles y Ray Eames
Molded Shell Chair. Charles y Ray Eames
Charles y Ray Eames en su casa
Charles y Ray Eames en su casa

Ella asumió un papel protagonista a la par que su marido, y él tuvo la generosidad de reconocer sus brillantes aportaciones y conocimientos. Juntos agitaron una época y proyectaron su visión de la arquitectura y del diseño. Su excepcional colaboración dio lugar a piezas con un estilo elegante, sofisticado y maravillosamente sencillo pero sobre todo funcional; productos pensados para que el cuerpo humano se amoldara y se sintiera cómodo. Muchas premisas sostenían el quehacer de los Eames y una de ellas era “cómo llevar lo mejor al mayor número de personas por el menor precio”. Lo que ahora llamaríamos inquietudes low cost. Charles y Ray Eames fueron precursores porque se atrevieron a utilizar materiales y procesos industriales para la producción de objetos de uso diario con bajo precio y alta calidad. Para ello, combinaron el rigor del racionalismo con las más expresivas y afectivas cualidades del diseño. Impusieron su organicismo de la manera más natural, a la vez que intentaron reflejar con su trabajo sus preocupaciones sociales que eran también la de muchos de sus coetáneos.

Ella asumió un papel protagonista a la par que su marido, y él tuvo la generosidad de reconocer sus brillantes aportaciones y conocimientos. Juntos agitaron una época y proyectaron su visión de la arquitectura y del diseño. Su excepcional colaboración dio lugar a piezas con un estilo elegante, sofisticado y maravillosamente sencillo pero sobre todo funcional; productos pensados para que el cuerpo humano se amoldara y se sintiera cómodo. Muchas premisas sostenían el quehacer de los Eames y una de ellas era “cómo llevar lo mejor al mayor número de personas por el menor precio”. Lo que ahora llamaríamos inquietudes low cost. Charles y Ray Eames fueron precursores porque se atrevieron a utilizar materiales y procesos industriales para la producción de objetos de uso diario con bajo precio y alta calidad. Para ello, combinaron el rigor del racionalismo con las más expresivas y afectivas cualidades del diseño. Impusieron su organicismo de la manera más natural, a la vez que intentaron reflejar con su trabajo sus preocupaciones sociales que eran también la de muchos de sus coetáneos.

Case Study House #8. La casa de los Eames
Case Study House #8. La casa de los Eames

El diseño como herramienta de vida

La fama como arquitectos de los Eames se apoya sobre todo en su propia casa en Pacific Palisades (California), conocida internacionalmente como “una solución cálida y humana para estandarizar construcciones prefabricadas”: un amplio espacio rectangular repleto de juguetes, máscaras y coloridos objetos de todo tipo, una “casa refugio” que escenificaba, cómo no, un modelo de bienestar y felicidad deseados. Esa “decoración funcional” obedecía a su deseo de transmitir su pasión por “las cosas”. Y esa misma pasión los llevó a trabajar como comunicadores y educadores en reconocidas películas, presentaciones multimedia y en aclamadas exposiciones como Mathematica (1961), Qu’est-ce que le design?” (1969) o A Computer Perspective (1971), entre otras.

La Chaise. Charles y Ray Eames
La Chaise. Charles y Ray Eames

Pero es su mobiliario tecnológico y estéticamente innovador, el que los llevó al éxito comercial desde su lanzamiento. Si el diseño es trabajar a partir de las limitaciones, como ellos mismos decían, el team Eames forzó la marcha: su trabajo revolucionario con el contrachapado moldeado a finales de los 40, los condujo a la vanguardia con la aplicación de la fibra de vidrio. Belleza, durabilidad y ergononomía se fusionaban. Los premios del Museo de Arte Moderno de Nueva York (en 1940 y en 1948) fueron la guinda, y desde entonces realizaron multitud de objetos, especialmente en el campo de la silla, con maderas laminadas, tubos y varillas de acero cromado, fundición de aluminio, fibra de vidrio y plástico… Sus propios conceptos evolucionaron con el tiempo y, a partir de su relación con la firma Herman Miller, el ‘look Eames’ se consolidó definitivamente. Los trazos orgánicos de la butaca 670, la Ottoman 671, las sillas Aluminio Group o la Lounge Chair continúan tan vigentes como entonces y sobre todo, son sólidos ejemplos de lo que debe ser un asiento. Muchos de ellos siguen comercializándose a través de Vitra para bien de los amantes de un tiempo que asoma cíclicamente más allá de Mad men. Un Bloody Mary, por favor.

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