Parece repetirse. En este bosque, mientras andamos miramos nuestras botas. Poco cambia. Un tronco, una roca, grava. El orden se altera, de manera sutil, solo para recordarnos que avanzamos a cada paso. Madera, piedra, arena… Son las materias primas que se usan para construir, para generar útiles o herramientas. Es cierto que las de piedra quedaron obsoletas hace mucho; para haber sido arrancadas directamente del interior de la tierra, sus aplicaciones son a veces demasiado superficiales.
Durante este paseo, no encontraremos canteros. En la época de la logística eficiente, es toda una novedad descubrir bloques viajando de una punta a otra para ser tallados. Así, la restauración de monumentos, algunas aceras y las lápidas mantienen el oficio vivo en España, qué ironía.
En la casa verde —en esa Greenhouse dentro de la Stockholm Furniture and Light Fair 2020—, pudimos ver un acercamiento al diseño brutalista en roca caliza por parte de los alumnos del departamento de producto de la Estonian Academy of Arts (EKA). Un proceso de siete semanas donde se ha trabajado de manera local, artesanal y reflexiva. Casi un homenaje, ya que Estonia cuenta con un pasado de cantería, donde la caliza —como materia prima— tiene su parte protagonista en la construcción.
Dirigidos por el diseñador sueco Nick Ross, los estudiantes han llevado los conceptos de la piedra hacia esas intersecciones entre la promoción y el workshop, que raramente van más allá de lo que sugieren sus fotos. Algunas de las seis propuestas merecen un análisis destacado, como el espejo de Hanna-Liisa Haukka, cuya utilidad es reflejar la realidad que lo rodea. O el mundo que gira, como la lámpara de suelo de Henri Kaarel: probablemente una de las obras más interesantes, cuya escala y cometido quedan al margen, porque estamos ante una luminaria que también funciona apagada como escultura y no demuestra necesariamente su verdadero uso.
Es lo que tienen los talleres que llegan tan lejos: aunque captan el vistazo de pasillo mientras se visita la feria, a veces no soportan una segunda pregunta. Algo que ayuda a piezas como la Angular Chair, de Mõtus Lõmaš Kama, que pasaría desapercibida si la dejamos sola, sin contexto, en cualquier lado. Detrás del diseño brutalista de Dig Where You Stand se siente la intención y la voluntad de reflexión. Se siente la urgencia de repensar los usos de la piedra. El resultado, irregular, tiene la brillantez del estudiante cuyo principal cliente es Instagram.
Link: Estonian Academy of Arts