Desde hace quince años, Design Miami/Basel se ha convertido en un espacio de referencia para el diseño de colección. Tanto su edición en Estados Unidos, como la que tiene lugar en Suiza, fueron suspendidas durante 2020 por la covid-19. Este año, la convocatoria de Basilea ha regresado desplazando su fecha habitual de apertura (junio) al mes de septiembre. Human nature ha sido su eje temático: un encuentro de galerías y creadores con el que repensar la relación entre artesanía, naturaleza humana y cultura digital.
El gran evento internacional del Art Design
Basilea no es solamente una de las grandes capitales del Rin. No es solamente uno de los focos mundiales de la industria farmacéutica. Basilea es básicamente la metrópoli cultural de Suiza. Distribuidos por su casco urbano, museos, galerías y arquitecturas innovadoras han dejado su sello en una ciudad viva y dinámica.
En este contexto, Art Basel se ha convertido en una de las ferias de arte más importantes del mundo y bajo su protección, desde hace quince años, tiene lugar la Design Miami/Basel: un encuentro internacional centrado en esa disciplina ambigua y escurridiza conocida como diseño de autor.
La gran instalación cinética de los neerlandeses DRIFT, Shy Synchrony, fue el épico —y poético— punto de partida para una edición cuya línea temática ha explorado las conexiones entre artesanía, naturaleza humana y cultura digital. La gran escultura cinética de DRIFT estaba arropada por un hemiciclo de madera, Forest of Space de Sou Fujimoto, con el que el arquitecto japonés ha querido «entablar conversaciones sobre el pasado, el presente y el futuro de la arquitectura, y sobre los asentamientos urbanos y el entorno natural». Un encuentro de creatividades orientado a provocar una experiencia inmersiva con la que vincular al espectador con los ritmos coreográficos de la naturaleza y propiciar un ejercicio de desaceleración contemporánea.
Más de 40 galeristas presentaron una selección de proyectos que buscaban responder a este planteamiento curatorial: Human Nature. Un amplísimo espectro de propuestas que abarcaban desde creaciones absolutamente actuales a nombres ya clásicos de la historia como Ron Arad, Philippe Starck, Jean Prouvé, Charlotte Perriand o el brasileño Geraldo de Barros; pasando por autores menos conocidos que a lo largo de los ochenta dieron forma a la postmodernidad desde sus estudios y talleres.
Design Miami/Basel. El momento y el lugar de las galerías de diseño
Friedman Benda Gallery aterrizó en Basilea con los artistas más representativos de su catálogo. De entre ellos, destacaron especialmente Faye Toogood con un sofá que traslada el brutalismo arquitectónico al ámbito del mobiliario sedente; y Misha Kahn con su Tingle Tangle Mingle Mangle: ese objeto fronterizo entre mesa de metal y delirio daliniano. Aunque tal vez la pieza que lleva los códigos del art design a un territorio más extremo fuera de la gran mesa de Ortamiklos: una estructura gigantesca con la que el tándem franco-danés materializa su visión naíf y absolutamente transgresora de la funcionalidad.
Carpenters Workshop Gallery desplegó las esculturas funcionales de Nacho Carbonell, Wendell Castle, Vincenzo de Cotiis o Aldo Bakker. Este último trabaja lo matérico mediante la piedra, el mármol y el basalto, todo recubierto con laca de urushi, en un intento de conectar Occidente y tradición japonesa.
Algo que también llevó a cabo Ane Lykke (Maria Wettergren Gallery) en Kurenai Light Object: una luminaria marcada por las formas niponas con la que se pretende despertar estados meditativos en el usuario, gracias a un equilibrio de luz, sombra y profundidad cromática.
De la delicadeza a la contundencia del desecho; la Everyday Gallery dedicó todo su espacio a Lionel Jadot. Este diseñador belga da al reciclaje una estética de combate. Solo hay que ver su lámpara Gilga, para saber que el ready made sigue siendo un laboratorio de investigación creativa.
Lejos de este upcycling férreo y musculado, tenemos “la sublimación del material”: lema con el que se define el artesano francés Kostia y a través del cual aporta relato a sus muebles de serie limitada. En el caso de Riot (Galerie Scene Ouverte), logra transmitir a una pieza única la violencia vivida en las calles de París durante los disturbios de los chalecos amarillos. Una cómoda estilizada y kale borroka que imbuye un mensaje político al universo aparentemente inocuo del art design.
En esta misma línea, pero con fuerte carga onírica, se ubican las creaciones del artista chino Chen Furong (Objective Gallery). Su Raw Table es un ejercicio pop en el que convergen códigos semióticos inesperados, como ya hicieron los surrealistas hace casi un siglo o como hace una década realizaron los hermanos Campana para Edra, aunque estos de una manera más ruda y selvática. Y de lo onírico al futurismo del interiorista ruso Harry Nuriev, cuyo Elevator reconfigura el interior de un ascensor para darle una atmósfera falsamente metálica, como metáfora de la vida en mutación continua.
Es muy interesante observar cómo este tipo de diseño ha ido construyendo una sofisticada red de compradores a través de galerías y marchantes que aprovechan Art Basel —la feria de arte que tiene lugar a pocos metros— para fortalecer esa trama de coleccionistas. Mientras el evento de arte está repleto de público, Design Miami/Basel cuenta con un menor flujo de visitantes: algo que confirma que el collectible design —como espacio de investigación y búsqueda— no solo está aún lejos del gran público, sino que su éxito se basa en ese matiz de clientela minoritaria. Tanto es así que cuando uno entra en el bar/restaurante de la exposición —hecho con mobiliario de USM y solo abierto para artistas, coleccionistas y compradores— uno tiene la sensación estar en el G20 del autor design.
A pesar de la delicada situación sanitaria y con una menor presencia de expositores, esta decimoquinta edición de Design Miami/Basel ha confirmado que el collectible design sigue siendo un sector creativo —y económico— en expansión. Y más que eso, es la radiografía de un diseño que reformula la relación entre objeto artístico, funcionalidad disruptiva y nuevos procesos artesanales.
En el siguiente enlace puedes ver otros artículos de ediciones anteriores de Design Miami/Basel