La casa en medio del desierto Desert City House de Marwan Al Sayed Architects se alza entre cactus y retamas. Una singular construcción a medio camino entre un búnker y una casa mediterránea. Pensada para escapar del calor con la mínima energía, utiliza el hormigón como si fuera un material tradicional y hasta natural.
Paradise Valley es una pequeña ciudad de poco más de cuarenta años de existencia, que permite tan sólo viviendas unifamiliares. Está dividida en propiedades de 4.000 m2 aproximadamente, que se reparten por un paisaje desértico en el área metropolitana de Phoenix, capital de Arizona. Otra de las normas de esta zona residencial prohíbe levantar muros de separación y más de un edificio por parcela. Si además tenemos en cuenta las temperaturas extremas del desierto y su escasa vegetación, nos parece aún más desafiante este trabajo de Marwan Al Sayed Architects: una residencia moderna, de voluntad sostenible y con una clara perspectiva estética. Creado en 1997 por el arquitecto del mismo nombre y su mujer, Mies Grybaitis, el estudio se inspira en los viajes de sus fundadores, a los que se dedica un apartado propio en su página web. Estos viajeros impenitentes plasman en sus proyectos referencias a las construcciones con las que se encuentran, por ejemplo, en países mediterráneos, fuente de inspiración de esta Desert City House.
En el desierto de Arizona, el hormigón sustituye al adobe y a la piedra dándole al conjunto un cariz mucho más moderno. Como en las casas tradicionales de otros desiertos del mundo, algunas ventanas se estrechan para permitir tan sólo la luz del sol y dejar atrás el calor. La única zona en la que se habilitan unas grandes aperturas, es el salón donde se pretende que el grandioso espectáculo del cielo y del desierto entre a formar parte del interior: Squaw Peak Mountain, al norte, y Camelback Mountain, al este. Igualmente para filtrar el sol, pero sobre todo para preservar la privacidad se ha plantado vegetación autóctona a modo de cortina natural.
Por su parte, la propia configuración espacial de la casa responde a una estructura dinámica, ágil, pero sobre todo, abierta al desierto. La vivienda está organizada en dos bloques prácticamente paralelos unidos en alto por un tercer volumen: una construcción con forma de U en torno a un patio central.
Refrigeración sostenible
Otro de los aspectos relevantes de esta residencia hay que buscarlo en el aprovechamiento de cualquier recurso que ayude a prescindir del aire acondicionado tradicional. La estructura del domicilio, por ejemplo, se encuentra parcialmente enterrada en el suelo: mientras que la primera planta corresponde a la zona pública, en la planta baja se reparten las habitaciones y los baños, que de este modo quedan preservados del calor. Esta planta baja se protege también con galerías cubiertas y zaguanes que permiten zonas de sombra y que, por tanto, frenan el impacto del sol en los interiores. Por si esto no fuera suficiente, una serie de conductos se ocultan bajo la casa: un sistema de refrigeración que entra por tres pequeñas almenas de cristal y que crea corrientes subterráneas de aire. Indicar también que estas torretas acristaladas cuentan con otras funciones como brillar frente al cielo del desierto y repeler la luz y el calor circundante.
Hormigón y mediterraneidad
La discreción dentro del entorno ha sido otro de los principios que rigen la Desert City House. Sus paredes de hormigón, de medio metro de grosor, tienen un color monótono y comedido con el fin de no quitar protagonismo a los grises, verdes y plateados del desierto; colores que se recuerdan dentro de la casa como pinceladas en alguna pared, en los suelos y alicatados de los baños, y en varias puertas de la zona pública.
El uso extensivo del hormigón propicia que la transición entre los diferentes espacios esté marcada casi exclusivamente por los elementos del interiorismo. El salón acoge las notas más diversas de colores y formas, todas aportadas por los objetos de decoración de los propietarios. Alternar zonas privadas con áreas exteriores es otro recurso con el que romper la monotonía del hormigón. Por su parte, las aperturas y ventanucos sacan partido a la luz del sol, realzando la belleza de zonas residuales como pasillos o escaleras. Sin olvidar, por supuesto, el empleo del agua. Además de la piscina, una fuente con forma de bañera geométrica da la bienvenida en la entrada refrescando aún más esta área sombría.
La fuente, las tonalidades claras, las zonas soterradas o los zaguanes nos podrían remitir a algunas construcciones tradicionales del Mediterráneo. En esta misma mediterraneidad, podríamos interpretar que la casa parece organizarse en torno a un patio central cuyos pasillos circundantes funcionan como una especie de claustro. Sin embargo, la forma de U de la residencia rehúye o reinterpreta la estructura de la domus romana.
Arquitectos como Tadao Ando han demostrado que es posible convertir el hormigón en herramienta para un minimalismo elegante, casi poético, que saca partido incluso a las marcas del encofrado. Algo de esto hay en el proyecto de Marwan Al Sayed Architects. Una residencia única, discreta, con sutiles referencias mediterráneas pero totalmente fundida con el desierto de Arizona.