Object Studio atiende a las necesidades espaciales de la pandemia con su última creación. CoronaCrisisKruk es un banco portátil que nos ayuda a descansar de las preocupaciones generadas por la distancia social permitida. Instalado por primera vez en el parque Nooderpark de Ámsterdam, ahora se encuentra en plena expansión, invitando a los transeúntes a relajarse mientras cumplen reglamentariamente con los protocolos.
Mobiliario urbano de Object Studio para mantener la distancia
Observar la inutilidad del mobiliario urbano provoca un tipo de desazón interna. Somos la ciudad, nos construimos en ella, nos movemos por sus espacios y los ocupamos asentando allí nuestras memorias. Los bancos tienen un atisbo especial que comprenden todas las edades. Desde la juventud hasta el ocaso de la madurez, nos dejamos caer en ellos para dar rienda suelta a juegos, historias, conversaciones o, simplemente, la desconexión. Object Studio reflexiona sobre esto en un momento controvertido y lleno de restricciones por culpa de la covid-19. “Todos hemos tenido que comportarnos de manera diferente a lo que estábamos acostumbrados”, afirman desde el estudio.
Gracias al ingenio del equipo neerlandés, nuestra nueva rutina puede liberarse de una importante carga. CoronaCrisisKruk es una pieza que nace con un propósito: rescatar el gesto cotidiano sin ponernos en riesgo. Es cierto que, al mirarla, su esqueleto nos evoca la tediosa distancia social, pero sin la parte engorrosa que delimita nuestros movimientos. Este banco portátil, realizado en madera de abedul contrachapada, muestra una estructura sencilla. Una barra de 1,5 metros de longitud con un asa en medio es la encargada de unir dos taburetes romboidales. Además, sus laterales vienen acompañados de líneas de medición y frases que buscan concienciar sobre la situación tan irremediable de estos tiempos.
CoronaCrisisKruk. Distancia social para estar juntos
Quizás por su carácter take away—sin necesidad de plegarse— Object Studio haya roto el esquema inamovible de las bancas tradicionales. Las primeras manifestaciones de estos muebles públicos se remontan a la era cretense y micénica, cuando su principal característica era la adhesión a la arquitectura. Ahora, varios siglos después, podemos encontrarlos varados en cualquier punto, de diversas formas y tamaños; a veces con una importante dimensión escultórica y artística, como ocurre con las obras de Byung Hoon Choi. Lejos de pretensiones, CoronaCrisisKruk se presta como un alivio en mitad de un problema y nos ayuda a visualizar de manera subliminal el distanciamiento seguro sin alterar nuestra actividad.
Actualmente se encuentra ubicado en Ámsterdam, concretamente en Nooderpark y en el patio del Museo local, pero también en otras ciudades holandesas como La Haya, Utrecht y Breda. Según Björn van den Broek—uno de sus creadores— este asiento móvil “da la bienvenida a las personas a sentarse y a comenzar una conversación.” Es tan relevante su tarea en este contexto confuso que Object Studio ha puesto adisposición de todos los bocetos para que cualquiera pueda fabricarlo; del mismo modo que la recaudación será donada a Médicos sin Fronteras. Gracias al altruismo de su artesanía por fin podemos olvidarnos de las pautas recientes y crear un espacio para el contacto verdadero, ese que siempre nos hizo tan humanos.