COLAB de Sancal. Lucas Muñoz y la artesanía del futuro en un icono de la arquitectura de los sesenta

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De la mano de Sancal —recientemente galardonada con el Premio Nacional de Diseño—, Lucas Muñoz ha llevado una vez más a la escala del interiorismo la idea de artesanía colaborativa desarrollada en sus objetos e instalaciones. Llamado COLAB, el proyecto ha sido concebido en torno a la circularidad, la reutilización y el reensamblaje mientras dialoga con el edificio emblemático de Antonio Lamela en que se emplaza.

COLAB: el showroom nada convencional dentro del edificio de Antonio Lamela

Diseñar un showroom suele plantearse como una acción al servicio de una marca y sus productos. Es un espacio precomercial porque funciona, sobre todo, como iniciativa promocional, como proyección de sus valores corporativos. Pese a lo que pudiera parecer, Lucas Muñoz no se separa de esa idea en su proyecto COLAB para Sancal, aunque hay que agradecerle —tanto a él como a la empresa murciana— que lo haya hecho de una forma nada convencional.

Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab
COLAB de Sancal. Lucas Muñoz

Lo que Lucas ha propuesto es una reflexión experimental y operativa sobre cómo abordar una reforma en los tiempos de la circularidad y la exigencia ambiental. También sobre cómo coexistir con una valiosa arquitectura moderna y sacarle partido desde el interiorismo ejercido según estas reglas. Muñoz y Sancal han desarrollado un método, y eso es ir más allá de los valores corporativos. O sea, tomárselos en serio.

Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab
COLAB de Sancal. Lucas Muñoz

Todo empieza por la elección del lugar: la cuarta planta del edificio de oficinas planteado por Antonio Lamela en O’Donnell 34. Un hito de la arquitectura madrileña de los sesenta, con su peculiar fachada en dientes de sierra, su portal y su vestíbulo, testimonios intactos de época que a las hermanas Castaño-López —Esther y Elena, alma de Sancal— les evocaron el mundo de Mad Men.

Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab
COLAB de Sancal. Lucas Muñoz

Dos plantas más arriba estaba el estudio de Lamela, poblado de arquitectos y delineantes con bata en las fotos contemporáneas, que su hijo Carlos ha mantenido también, aunque ya no se trabaje allí. El diálogo con la arquitectura y el espacio existente delimita el campo de la propuesta no solo en lo conceptual, sino en lo estrictamente material, puesto que Lucas aplica aquí el mismo enfoque que en sus objetos recuperados e intervenidos: “Reutilización de materiales, reensamblaje de elementos”; “transformar todo aquello que no queríamos usar, que en teoría sobraba, en algo útil y bello”.

Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab
COLAB de Sancal. Lucas Muñoz
Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab
COLAB de Sancal. Lucas Muñoz

La estética cruda y experimental de Lucas Muñoz

Lucas Muñoz afronta sus trabajos de interiorismo con un intenso espíritu colaborativo —como ya se vio hace unos años en su justamente celebrado restaurante MO de Movimiento—, que encaja muy bien en la denominación COLAB: resumen de su condición de espacio cooperativo y experimental. Se trata de un proceso en el que la toma de decisiones se comparte con los artesanos, constructores y profesionales que participan en él.

Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab
COLAB de Sancal. Lucas Muñoz

Lo primero es una cuidadosa deconstrucción del ambiente, un desnudamiento analítico que separa el grano de la paja, que otorga importancia a los materiales en función de si pueden reutilizarse o no, de si es posible brindarles otro papel y otro significado, especialmente cuando la posibilidad de reciclarlos es limitada o no existe. Un minimalismo que lo primero que minimiza es el descarte: “Todas las intervenciones llevadas a cabo son reversibles o, de no serlo, la materialidad resultante es igual a la materialidad original solo que con forma distinta”.

Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab
COLAB de Sancal. Lucas Muñoz
Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab
COLAB de Sancal. Lucas Muñoz

De este modo, las placas de fibra compacta del falso techo de los años setenta se cortaron, se ensamblaron y se les dotó de una capa de escayola texturada para singularizar el muro de la entrada; las del suelo técnico, cuya cara interior resultó ser de aluminio, se pulieron y montaron para revestir parte de los muros del fondo y el techo junto a las ventanas; las cajas de los fluorescentes se adaptaron para acoger nuevas luminarias led; incluso las paredes que cerraban el antiguo módulo de cocina y baño, ahora reubicado, fueron cortadas y trasladadas con mucho cuidado a su nuevo emplazamiento, donde se recombinaron  gracias al corte en machihembrado que se realizó en los lados. Todo el equipo participó durante dos días en esta última acción, que Lucas compara al movimiento de un paso de Semana Santa.

Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab
COLAB de Sancal. Lucas Muñoz

Presente y pasado en este espacio para Sancal

El espacio, sustancialmente diáfano, se ha distribuido en líneas diagonales que aprovechan mejor la situación de los vanos. Lamela concibió su disposición en sierra para orientar, optimizar y regular la entrada de luz natural, valiéndose de su reflexión en el mármol de los planos plegados de la fachada. Muñoz prolonga este efecto en el interior mediante unos biombos junto a las ventanas cuyo revestimiento textil puede funcionar como expositor y, en todo caso, jugar con la iluminación, mejorar la acústica y dinamizar el conjunto.

Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab
COLAB de Sancal. Lucas Muñoz
Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab
COLAB de Sancal. Lucas Muñoz

Esta distribución está generada en buena medida por la sala de reuniones central, proyectada como una “cápsula del tiempo”, donde se conservan los acabados originales y se ve la ganancia en altura derivada del desmontaje de los falsos suelo y techo. Esta área queda delimitada por las columnas —que muestran ahora su alma de hormigón abujardado— y se singulariza por la gran luminaria que recicla los tubos de neón originales, convertidos en pantallas led y utilizados también como apliques en algunos paramentos.

Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab
Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab

Lo que podría haber sido uno más de esos paisajes crudos y deconstruidos, en la estela de Lacaton & Vassal —tan frecuentes en los últimos veinte años—, se convierte en una propuesta mucho más rica y compleja. Una en la que el diálogo de pasado y presente es un permanente juego de circularidades y resignificaciones: los pernos de hierro que sostenían el suelo técnico son ahora percheros que abrazan las columnas, los perfiles metálicos de las viejas particiones se utilizan para hacer estanterías, etc.

Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab
Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab

Lo añadido son cálidos paneles de chopo de plantaciones sostenibles que restañan las heridas y homogeneizan las cicatrices del tiempo. La crudeza son solo acentos que revelan la huella del tiempo, la naturaleza del presente, como collage del pasado inteligentemente transformado por la artesanía colaborativa en opción para el futuro. Así se hace una de las propuestas de interior más sugerentes e inspiradoras de los últimos tiempos; un manifiesto reflexivo y práctico de cómo podría ser el diseño del siglo XXI abanderado por una empresa donde la pulsión experimental es mucho más que un gesto.

Sancal, Antonio Lamela, Lucas Muñoz, Colab

En este enlace puedes leer más artículos sobre otros proyectos de Lucas Muñoz.

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