Este es un claro ejemplo de cómo arte y diseño se mezclan una vez más para lanzar una escultura camuflada como producto. El salón del mobiliario de Milán, principal escaparate europeo del diseño, dio a conocer la nueva colección de Marco Stefanelli, y la acogida, como siempre que se juega con los sentimientos, ha sido positiva.
La reutilización de materiales, tan perseguida por los diseñadores, y la vida más allá de la muerte, algo tan literario, tienen un punto en común: Brecce Collection. Productos de desecho o en la etapa final de su vida son recuperados y convertidos en esculturas luminosas. Así, restos de madera de aserradero y troncos caídos se convierten en rústicos y pesados taburetes o en elementos decorativos, todos ellos acompañados por una luz interna, destinada a ampliar nuestra experiencia sensorial y a dotar a estos cuerpos inertes de una nueva vida artística.
Lo más interesante es el proceso de fabricación y su acabado. Una vez seleccionado el pedazo de madera, se vacía parte del mismo, y en el hueco resultante se instala un sistema de iluminación por LEDs (he aquí la parte tecnológica en contraposición). Después, un relleno de resina translúcida hará de mampara y dibujará una franja de color retroiluminado, lo que da lugar a objetos únicos.
Esta colección se compone de piezas de diversos tamaños más decorativas que prácticas. Algunas de ellas presentan unas notables grapas que impiden su resquebrajamiento y que, sin duda, resultarán más atractivas para los amantes del desgaste que produce el paso del tiempo.